El cambio del Shabat judío al domingo cristiano: un análisis histórico y teológico
Introducción
Capítulo 1: El Shabat en la Tradición Judía
1.1 El significado del Shabat en el judaísmo
El Shabat no es solo un día de descanso físico, sino que es un recordatorio semanal de la creación y del pacto de Dios con Israel. Según el libro del Éxodo, la observancia del Shabat es una señal del pacto entre Dios y su pueblo (Éxodo 31:16-17). Los judíos consideran que el descanso del Shabat es un reflejo del descanso divino en la creación del mundo, y el término "descanso" (שבת shabbat ) está relacionado con la idea de cesar el trabajo, una actividad que tiene tanto un componente físico como espiritual. .
El Talmud (tratado Shabat 118b) subraya que la observancia adecuada del Shabat es crucial para la fidelidad religiosa y que es una de las primeras señales del pacto entre Dios e Israel. En este contexto, la importancia de guardar el Shabat no solo estaba limitada a la obediencia religiosa, sino también a la identidad nacional y cultural del pueblo judío.
1.2 Reglas y Prácticas del Shabat
Durante el Shabat, los judíos están obligados a abstenerse de 39 tipos de trabajos ( melachot ) definidos en el Talmud. Estas prohibiciones cubren actividades desde la cocción de alimentos hasta el encendido de fuego. En lugar de trabajo, el día se dedica a la oración, el estudio de la Torá y la familia.
El sábado también está vinculado a la redención futura. En la literatura rabínica, el Shabat se ve como una prefiguración de la era mesiánica, cuando el pueblo de Israel entrará en un estado de descanso eterno y paz, cumpliendo la promesa de redención divina.
1.3 El Shabat y la Expectativa Mesiánica
La observancia del Shabat estaba profundamente arraigada en la esperanza de redención futura en el judaísmo del Segundo Templo. Se creía que la fidelidad al Shabat contribuiría a traer la redención. Sin embargo, tras la destrucción del Templo en el 70 dC, la observancia del Shabat se convirtió aún más en un símbolo de identidad y resistencia cultural, separando claramente a los judíos de los gentiles.
Capítulo 2: La Práctica de los Primeros Cristianos: Sábado y Domingo
2.1 Los Primeros Cristianos y el Shabat
Durante las primeras décadas del cristianismo, no había una ruptura clara con las prácticas judías. Los apóstoles y los primeros cristianos judíos seguían observando el Shabat. En el libro de los Hechos, vemos a Pablo asistiendo regularmente a las sinagogas en sábado para predicar (Hechos 13:14; 16:13). Este patrón sugiere que, para los cristianos judíos, el Shabat seguía siendo una parte integral de su identidad religiosa.
Al mismo tiempo, comenzaron a surgir diferencias importantes en la práctica entre los cristianos de origen judío y aquellos gentiles que se convertían al cristianismo. Mientras que los cristianos judíos mantenían el Shabat, los cristianos gentiles se iban alejando de las prácticas de la Ley mosaica, entre ellas la observancia del sábado.
2.2 El Domingo: El Día del Señor
Uno de los eventos más significativos para los primeros cristianos fue la resurrección de Jesús, que, según los evangelios, ocurrió "el primer día de la semana" (Mateo 28:1; Marcos 16:2; Lucas 24:1; Juan 20: 1). Este día fue identificado como el domingo, y pronto se convirtió en un día especial de reunión y adoración para los seguidores de Cristo.
La razón principal por la que los cristianos comenzaron a reunirse el domingo fue para conmemorar la resurrección de Jesús. El "Día del Señor" (κυριακή ἡμέρα, kiriaké heméra ) se mencionó explícitamente en las primeras fuentes cristianas como un día de alegría y celebración. Esta práctica no fue inicialmente una sustitución del Shabat, sino una nueva costumbre que coexistió con la observancia del sábado entre los cristianos judíos.
2.3 La Convivencia de Sábado y Domingo
Durante los primeros siglos del cristianismo, las comunidades cristianas mantuvieron ambas prácticas. Se reunirían en sábado como parte de su herencia judía y en domingo para conmemorar la resurrección de Jesús. Esto es evidente en algunos documentos de la iglesia primitiva que mencionan ambas prácticas.
Un ejemplo de esta convivencia lo encontramos en el Dídaché , un documento del siglo I que sugiere que los cristianos deben reunirse regularmente para romper el pan y dar gracias "el Día del Señor" (Dídaché 14:1). No obstante, la observancia del Shabat todavía estaba presente entre algunas comunidades, especialmente las de origen judío, que continuaban viendo el sábado como un día sagrado.
2.4 El Creciente Distanciamiento del Judaísmo
Con el tiempo, la ruptura entre el cristianismo y el judaísmo se hizo más evidente. Tras la destrucción del Templo en el 70 dC y la consolidación de las comunidades cristianas gentiles, las prácticas judías, incluido el Shabat, fueron perdiendo relevancia entre los cristianos gentiles. Este proceso de separación no inmediato fue ni uniforme, pero las tensiones entre la observancia del Shabat y la celebración del domingo se hicieron cada vez más marcadas.
El conflicto más claro aparece en las enseñanzas de Pablo. En su carta a los Colosenses, Pablo parece minimizar la importancia de las leyes dietéticas y los días festivos judíos, incluyendo el Shabat, al afirmar:
"Por tanto, que nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados" (Colosenses 2:16).
Este versículo se cita con frecuencia como evidencia de que los cristianos gentiles ya no estaban obligados a seguir las leyes mosaicas, incluido el Shabat.
2.5 Los Primeros Padres de la Iglesia y la Práctica del Domingo
Hacia finales del siglo I y comienzos del siglo II, encontramos evidencias más sólidas de que el domingo había reemplazado progresivamente al Shabat como el día principal de reunión y adoración en las comunidades cristianas gentiles. Los escritos de los primeros Padres de la Iglesia, como Ignacio de Antioquía, hacen referencia a la práctica del domingo como una marca distintiva del cristianismo:
"Aquellos que vivían conforme al orden de las cosas antiguas han llegado a una nueva esperanza; ya no guardan el sábado, sino que viven conforme al día del Señor, en el que nuestra vida también surgió por medio de él y de su muerte" ( Epístola a los Magnesios , 9).
Capítulo 3: El Cambio del Sábado al Domingo en la Iglesia Primitiva
3.1 Factores Teológicos: La Resurrección de Cristo
El factor teológico principal que impulsó el cambio hacia el domingo fue la creencia central en la resurrección de Jesucristo. Como mencionamos en el capítulo anterior, los evangelios sitúan la resurrección de Jesús el "primer día de la semana" (domingo), lo que le otorgó un significado especial para los primeros cristianos. La resurrección no solo era el evento fundacional de la fe cristiana, sino que también se consideró el cumplimiento de las promesas de redención y nueva creación.
Este enfoque en la resurrección y la nueva vida en Cristo llevó a muchos a ver el domingo como un "nuevo Shabat" o incluso como un día superior al Shabat judío. Esta interpretación teológica fue desarrollándose a lo largo de los siglos II y III, y eventualmente, el domingo se consolidó como el día de culto y descanso cristiano en lugar del sábado.
3.2 Distanciamiento del judaísmo
El proceso de diferenciación entre el cristianismo y el judaísmo fue fundamental para el cambio del sábado al domingo. En los primeros siglos de la era común, las tensiones entre las comunidades judías y cristianas aumentaron, especialmente después de la destrucción del Templo en el 70 dC y la posterior rebelión de Bar Kojba en el 135 dC. Estas rebeliones llevaron a un creciente rechazo de las costumbres y leyes judías entre los cristianos gentiles.
Los cristianos no solo comenzaron a ver la observancia del Shabat como una práctica exclusivamente judía, sino que también la asociaron con la Ley mosaica, la cual, según el apóstol Pablo, ya no era necesaria para la salvación en Cristo (Gálatas 3:23- 25). El domingo, por otro lado, representaba un nuevo comienzo, una ruptura con el pasado y una señal de la nueva alianza en Cristo.
3.3 Constantino y el Edicto de Milán
Un momento clave en la consolidación del domingo como el día de descanso y culto cristiano ocurrió con la conversión del emperador Constantino al cristianismo en el siglo IV. Aunque ya había una tendencia creciente entre las comunidades cristianas de adorar el domingo, el respaldo imperial aceleró esta transición.
En el año 321 dC, Constantino emitió un decreto que proclamaba el domingo como un día de descanso para todos los habitantes del Imperio Romano. Este edicto no fue estrictamente religioso, pero sí político, ya que pretendía unificar al imperio bajo una práctica común que coincidía con las creencias emergentes del cristianismo. El decreto establecía:
"Que todos los jueces y los habitantes de las ciudades, y los oficios de todos los artesanos, descansen en el venerable día del Sol".(Códice Justiniano, III.12.2)
Si bien el edicto menciona el "día del Sol" (en referencia al culto solar que Constantino todavía permitía), este día era también el domingo cristiano. A través de esta medida, el domingo adquirió un carácter oficial y público en todo el Imperio.
3.4 El Domingo como el Nuevo Día de Descanso
El proceso de reemplazo del sábado por el domingo no solo se produce en el ámbito teológico y político, sino también en la práctica cotidiana. A medida que más comunidades cristianas adoptaron el domingo como su día de adoración y descanso, se desarrollaron nuevas costumbres litúrgicas y rituales en torno a este día.
Los primeros concilios de la Iglesia, como el Concilio de Laodicea (364 dC), también ayudaron a institucionalizar el domingo como el día de descanso y adoración oficial. El canon 29 de este concilio decretaba:
"Los cristianos no deben judaizar descansando en el sábado, sino que deben trabajar en ese día; deben honrar en su lugar el día del Señor y, si es posible, no hacer ningún trabajo en ese día. Si se les encuentra judaizando, quedarán excluidos de Cristo".
Este tipo de directrices reforzaba la separación del cristianismo del judaísmo y reafirmaba la práctica del domingo como distintiva de los cristianos.
3.5 El Domingo y la Teología de la Nueva Creación
El cambio al domingo también fue influenciado por una nueva interpretación teológica que relacionaba este día con la idea de la "nueva creación" en Cristo. Los Padres de la Iglesia, como Justino Mártir y Agustín de Hipona (cuyas citas exploraremos en los próximos capítulos), vieron el domingo como un símbolo no solo de la resurrección, sino también de la redención final y la nueva creación.
Capítulo 4: Justino Mártir y la Justificación del Domingo
4.1 Justino Mártir y la Resurrección como el Centro del Domingo
En su Primera Apología , Justino explica que el domingo es el día en que los cristianos se reúnen debido a su asociación con la resurrección de Cristo. Para Justino, el domingo no solo es importante porque es el día de la resurrección, sino porque simboliza la nueva creación y la esperanza de la vida eterna.
Justino señala claramente la conexión entre la resurrección de Jesús y el día domingo:
"Nos reunimos el día llamado domingo porque es el primer día en el cual Dios, habiendo cambiado las tinieblas y la materia, hizo el mundo; y Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos en ese mismo día".( Primera Apología , 67)
Esta cita es crucial para entender la justificación de Justino: el domingo es especial no solo por la resurrección de Cristo, sino también porque está asociado con el primer día de la creación, cuando Dios comenzó la obra de hacer el mundo. Para Justino, el domingo se convierte en una especie de "doble principio": el inicio de la creación y el inicio de la nueva vida en Cristo.
4.2 El Rechazo de las Prácticas Judías
En su Diálogo con Trifón , Justino Mártir establece un contraste entre la observancia judía del Shabat y la práctica cristiana del domingo. A lo largo del diálogo, Justino defiende la idea de que los cristianos ya no están obligados a seguir la Ley mosaicoa, incluida la observancia del sábado. Él argumenta que el Shabat fue un mandato temporal dado a los judíos debido a su "endurecimiento de corazón", pero que no tiene vigencia para los cristianos que viven bajo la nueva alianza en Cristo.
Justino dice:
"El mandamiento de circuncidar la carne dado a Abraham fue por causa del endurecimiento de los corazones; pero aquí está enseñado para nosotros, el pueblo de Dios, no guardemos un día de ociosidad, sino todos los días: porque 'siendo circuncidados', hemos obtenida misericordia y justicia, por la circuncisión del Señor".( Diálogo con Trifón , 41)
Este rechazo del Shabat y otros mandamientos de la Ley es clave en la teología de Justino. Para él, la ley ceremonial judía, incluido el Shabat, ha sido reemplazada por una vida en Cristo, en la cual los cristianos están llamados a vivir santamente todos los días, no solo en el séptimo día. El descanso sabático es interpretado como un símbolo de un descanso espiritual más profundo que se alcanza en Cristo.
4.3 El Domingo como el Día del Nuevo Pacto
Justino también ve el domingo como un signo del nuevo pacto que Cristo inauguró a través de su muerte y resurrección. Para él, el sábado, con sus leyes y regulaciones, pertenecía al antiguo pacto que Dios hizo con Israel, mientras que el domingo, asociado con la resurrección, representa el nuevo pacto con todos aquellos que creen en Cristo.
Justino argumenta que los cristianos están bajo un nuevo pacto que no requiere la observancia de las leyes judías:
"Si antes de Abraham no había necesidad de circuncisión, ni tampoco de las fiestas ni de los sacrificios ni de los sábados, Dios no los pidió hasta Moisés. Ahora, Jesús ha sido crucificado y resucitado de entre los muertos, ¿por qué debería exigirse? ¿Que aquellos que creen en él dicen tales costumbres, que no tienen ninguna utilidad?"( Diálogo con Trifón , 18)
Esta línea de razonamiento fue fundamental en la justificación temprana de que los cristianos no estaban sujetos a la Ley mosaica, lo que incluía el Shabat. El énfasis de Justino en la resurrección y el nuevo pacto inició un marco teológico que fue adoptado por la iglesia primitiva en su transición al domingo como día de culto y descanso.
4.4 La Nueva Creación y el "Octavo Día"
Justino Mártir también introduce el concepto del domingo como el "octavo día". Este concepto, que será desarrollado más adelante por otros Padres de la Iglesia, refleja la idea de que el domingo no es solo el primer día de la semana, sino que es también un día que trasciende el tiempo. Al ser el día después del Shabat, el domingo simboliza el inicio de una nueva creación en Cristo, un día que marca el comienzo de la vida eterna.
El "octavo día" se relaciona con la idea de la eternidad, de un descanso que no es solo físico sino también espiritual. En este sentido, Justino ve el domingo como el día que prefigura el descanso eterno de los cristianos en el reino de Dios, un descanso que ya se experimenta parcialmente en la adoración y la celebración dominical.
4.5 La Influencia de Justino en la Iglesia Primitiva
Capítulo 5: Agustín de Hipona: El Domingo como el Día del Señor
5.1 El Domingo como el Día de la Resurrección
Para Agustín, como para los teólogos anteriores, el domingo tiene un significado especial porque es el día en que Jesucristo resucitó de entre los muertos. Sin embargo, Agustín desarrolla este concepto aún más, conectando la resurrección con el concepto de salvación y redención final para los creyentes.
En su Carta 55 (Ad Januarium) , Agustín defiende la observancia del domingo no como una obligación legal, sino como una tradición apostólica que simboliza la libertad del cristiano bajo la gracia de Dios:
"El día del Señor es celebrado por la tradición apostólica, que se deriva de la resurrección del Señor. No fue por obligación de la Ley, como el antiguo sábado, sino por la libertad del Evangelio que observamos el domingo".( Carta 55 , 13)
Esta cita muestra que, para Agustín, el domingo no era simplemente una repetición del Shabat bajo una nueva forma, sino un día completamente nuevo que marcaba la libertad cristiana en Cristo y que debía ser celebrado en memoria de su resurrección.
5.2 El Octavo Día y la Nueva Creación
Al igual que Justino Mártir, Agustín también adopta el concepto del "octavo día" para referirse al domingo. En su teología, el octavo día tiene un significado profundo: representa el día que trasciende la semana ordinaria y se asocia con la eternidad. Este concepto conecta directamente con la idea de la "nueva creación" en Cristo, donde los cristianos son transformados y llevados a una vida eterna.
En su Sermón 8 sobre el Salmo 92 , Agustín reflexiona sobre el descanso en el "día octavo":
"El día del Señor, el día octavo, que es también el primer día de la semana, es el día en que se celebra el misterio de la nueva creación, el día en que nuestro Señor resucitó de entre los muertos".( Sermón 8 , en el Comentario sobre los Salmos , Salmo 92)
Aquí, Agustín utiliza el domingo como un símbolo del descanso final que los cristianos experimentarán en el reino de Dios, un descanso que ya se anticipa en la resurrección de Cristo y que se celebra cada semana en el domingo.
5.3 Domingo como el Signo de la Vida Eterna
Para Agustín, el domingo no solo conmemora la resurrección de Cristo, sino que también apunta hacia la vida eterna. En La Ciudad de Dios , Agustín explica que el domingo es una especie de "día perpetuo" que no termina, y simboliza la vida eterna que los cristianos ya han comenzado a experimentar en Cristo.
Agustín escribe:
"El Señor resucitó el primer día después del sábado, es decir, el tercer día después de su pasión. Por tanto, este día es el que observamos, no el del antiguo sábado, sino como un día perpetuo que no acaba, como símbolo de la vida eterna que hemos recibido en Él".( La Ciudad de Dios , 22.30)
Este concepto del domingo como un "día perpetuo" refleja la teología agustiniana del tiempo y la eternidad. Para Agustín, el domingo es un recordatorio semanal de la vida eterna que ya está disponible para los creyentes a través de la resurrección de Cristo.
5.4 El Rechazo del Sábado como Obligación Legal
Agustín también continúa la tradición de los Padres de la Iglesia de rechazar la observancia del sábado como una obligación legal para los cristianos. Al igual que Justino Mártir, Agustín ve el sábado como parte de la Ley mosaica que ha sido cumplida en Cristo. En este sentido, el descanso sabático ya no es relevante para los cristianos, quienes viven bajo la gracia y no bajo la Ley.
En su obra Contra Fausto , Agustín argumenta que la verdadera observancia del descanso no está en un día específico, sino en la vida cristiana en su totalidad:
"El descanso del Shabat, como lo entendían los judíos, es solo un símbolo del verdadero descanso que se encuentra en Cristo. El verdadero descanso es el descanso espiritual, no el descanso físico en un día particular".( Contra Fausto , Libro 16)
Este argumento destaca el enfoque de Agustín sobre el sábado como un símbolo que ha sido cumplido en Cristo. Para él, los cristianos no están obligados a observar un día específico de descanso, ya que el verdadero descanso es espiritual y se encuentra en la comunión con Dios a través de Cristo.
5.5 El Legado de Agustín en la Observancia del Domingo
Conclusión
El cambio del Shabat judío al domingo cristiano fue un proceso complejo y multifacético que reflejó las tensiones internas y externas en la formación de la identidad cristiana en los primeros siglos. A medida que las comunidades cristianas se fueron distanciando del judaísmo y consolidando sus propias prácticas, el domingo emergió como el día central de adoración, asociado con la resurrección de Cristo y la nueva creación en Él.
Teólogos como Justino Mártir y Agustín de Hipona desempeñaron un papel clave en la justificación teológica de este cambio. Para Justino, el domingo no solo conmemoraba la resurrección de Cristo, sino que representaba el inicio de una nueva creación, mientras que el sábado se veía como un símbolo del antiguo pacto que ya no era obligatorio para los cristianos. Agustín, por su parte, llevó estas ideas aún más lejos, vinculando el domingo con el concepto del "octavo día", un símbolo del descanso eterno y la vida perpetua en Cristo.
La transición del sábado al domingo no fue solo un cambio en el calendario litúrgico, sino un reflejo de la profunda transformación teológica y social que experimentó el cristianismo en sus primeros siglos. Desde su establecimiento como el "Día del Señor", el domingo ha sido una señal de la nueva alianza y de la esperanza en la vida eterna, y ha permanecido como un elemento central en la práctica cristiana hasta nuestros días.
Referencias
- Bacchiocchi, Samuele. Del sábado al domingo: una investigación histórica sobre el surgimiento de la observancia del domingo en el cristianismo primitivo . Editorial de la Pontificia Universidad Gregoriana, 1977.
- Justino Mártir. Diálogo con Trifón . Traducido por M. Marcovich. Patrología Griega, vol. 6.
- Justino Mártir. Primera Apología . Traducido por Thomas B. Falls. Serie Padres de la Iglesia, vol. 1. Prensa de la Universidad Católica de América, 1948.
- Agustín de Hipona. Cartas , Volumen I. Obras de San Agustín. Biblioteca de Autores Cristianos, 1984.
- Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios . Traducción de Ángel Custodio Vega. Biblioteca de Autores Cristianos, 2007.
- González, Justo L. Historia del Cristianismo . Volumen 1. Ediciones Caribe, 2002.
- Hechos de los Apóstoles. Biblia de Jerusalén, 2001.
- Ignacio de Antioquía. Epístola a los Magnesios . Traducción de William R. Schoedel. Serie Hermeneia, 1985.
- Códice Justiniano. Traducción de Fred H. Blume, Universidad de Wyoming, 2016.
- Concilio de Laodicea, Canon 29. Los siete concilios ecuménicos . Philip Schaff, ed. Eerdmans Publishing, 1952.
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