"Este Género no Sale Sino con...": ¿Ayuno, Oración o Fe? Un Análisis Académico de Mateo 17:21
Índice del Artículo
- 1. Mateo 17:21: ¿Está Realmente en los Manuscritos Más Antiguos?
- 2. Entonces, ¿Por Qué Fallaron los Discípulos según Mateo?
- 3. Buscando el Origen: ¿Qué Dice el Texto Original de Marcos 9:29?
- 4. "Este Género" en Marcos: ¿Demonio Resistente o Tarea Difícil?
- 5. Exorcismo, Oración y Ayuno: ¿Cómo se Vivían en el Siglo I?
- 6. Conclusiones de un Análisis Crítico: Más Allá de la Respuesta Simple
- Para Profundizar: Lecturas Recomendadas
Esta es una pregunta que me han hecho recientemente a través de nuestra comunidad en TikTok, y me pareció fundamental dedicarle un artículo completo aquí en el blog 'Ciencia bíblica'. La consulta sobre el significado de Mateo 17:21 ("Pero este género no sale sino con oración y ayuno") toca puntos cruciales sobre exorcismo, fe y prácticas espirituales. Dada la riqueza y complejidad del tema, simplificarlo para un formato breve sería un desperdicio; este espacio, en cambio, nos permite aplicar las herramientas del análisis histórico-crítico con la profundidad que merece, tal como lo haríamos en un seminario universitario. Les invito, entonces, a que exploremos juntos, paso a paso y con rigor académico, qué revela una investigación seria sobre este intrigante y a menudo malentendido pasaje bíblico.
1. Mateo 17:21: ¿Está Realmente en los Manuscritos Más Antiguos?
Iniciamos nuestra investigación abordando una pregunta fundamental que debe preceder a toda interpretación: ¿Pertenecía originalmente la frase "Pero este género no sale sino con oración y ayuno" al texto del Evangelio según Mateo? Para responder a esto, debemos recurrir a la disciplina de la Crítica Textual (en alemán, Textkritik). Esta es la ciencia y el arte que busca reconstruir la forma más antigua y fiable de un texto transmitido a través de copias manuscritas a lo largo de los siglos. Pensemos en ello como el trabajo arqueológico sobre el propio texto: buscamos el estrato más antiguo y auténtico. ¿Por qué es esto crucial? Porque interpretar palabras que el autor original probablemente no escribió nos llevaría a conclusiones erróneas sobre su mensaje y teología.
Ahora, apliquemos esta disciplina a Mateo 17:21. Cuando consultamos las ediciones críticas modernas del Nuevo Testamento Griego (la base para las traducciones académicas actuales, como el Nestle-Aland 28ª ed. o el United Bible Societies 5ª ed.), nos encontramos con un hecho contundente: este versículo completo brilla por su ausencia en los testigos manuscritos considerados por los especialistas como los más importantes por su antigüedad y calidad.
¿De qué manuscritos hablamos? Principalmente de los grandes códices unciales (escritos en mayúsculas griegas sobre pergamino) del siglo IV d.C. – recordemos, como hemos visto en otros análisis y en nuestro espacio de TikTok, códices fundamentales como el Sinaítico (que identificamos con la letra hebrea א, álef) y el Vaticano (designado con la letra B). Estos manuscritos, descubiertos en los siglos XIX y XV respectivamente pero copiados mucho antes, son invaluables por preservarnos formas muy tempranas del texto neotestamentario. Su omisión de Mateo 17:21 es un testimonio de peso. A ellos se suman otros manuscritos antiguos importantes y algunas versiones tempranas (traducciones a otros idiomas como el latín o el siríaco) que también omiten el versículo.
¿Por qué se da tanta importancia a estos manuscritos como א y B? No se trata solo de su antigüedad. La crítica textual evalúa múltiples factores: la genealogía de los manuscritos (su relación con otros textos), el tipo textual que representan (algunas familias textuales son consideradas más fiables que otras), y también los hábitos de los copistas que los produjeron. Si bien "más antiguo" no significa automáticamente "mejor" en todos los casos, la convergencia de antigüedad, calidad de copia y representación de tipos textuales considerados primarios otorga un peso enorme a la lectura presentada por א y B.
Además de la evidencia externa (los manuscritos), la crítica textual considera la evidencia interna (las probabilidades relacionadas con los hábitos de los escribas y el estilo del autor). En este caso, es mucho más probable que un copista posterior añadiera el versículo 21 a Mateo para hacerlo coincidir con el pasaje paralelo de Marcos 9:29 (un fenómeno común llamado armonización evangélica), que suponer que múltiples escribas de diferentes tradiciones omitieran deliberada e independientemente una frase atribuida a Jesús si esta hubiera estado originalmente en Mateo. La explicación más sencilla y coherente con las prácticas de copia conocidas es la adición secundaria.
De hecho, el comité internacional de eruditos que prepara las ediciones críticas del Nuevo Testamento Griego ha evaluado la evidencia para la omisión de Mateo 17:21. Como explica Bruce M. Metzger en su fundamental obra "A Textual Commentary on the Greek New Testament" (Un Comentario Textual sobre el Nuevo Testamento Griego), se le asigna una calificación de {A} a la lectura más corta (es decir, sin el versículo 21). En el sistema de calificación de UBS, {A} indica que el texto establecido (la omisión) es "virtualmente cierto".
Por lo tanto, la conclusión académicamente rigurosa es clara: Mateo 17:21 no formaba parte del autógrafo original de Mateo. Aunque presente en manuscritos posteriores y en muchas traducciones tradicionales (como la Reina-Valera, basada en el Textus Receptus que refleja un estado textual más tardío), no debemos usarlo para interpretar el pensamiento específico del primer evangelista en este pasaje, lo cual demuestra la fascinante complejidad de la historia de la transmisión de estos textos antiguos. De hecho, esta misma complejidad ha llevado a algunos a plantear si el texto griego neotestamentario que manejamos podría ser, en realidad, una traducción. Analizamos rigurosamente esta hipótesis y presentamos la evidencia manuscrita, lingüística e histórica sobre el idioma original del Nuevo Testamento en este estudio reciente, que puede resultar de interés para profundizar en estas cuestiones fundamentales. Nuestra atención debe centrarse, entonces, en lo que Mateo sí escribió.
2. Entonces, ¿Por Qué Fallaron los Discípulos según Mateo?
Una vez que apartamos el versículo 21 por razones de crítica textual, la respuesta que Mateo pone en boca de Jesús es clara y directa. La encontramos en el versículo inmediatamente anterior, Mateo 17:20a. Ante la pregunta de los discípulos ("¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?"), la respuesta es tajante: "Por vuestra poca fe (διὰ τὴν ὀλιγοπιστίαν ὑμῶν - diá tín oligopistían hymón)".
Detengámonos en este término griego crucial: oligopistía (ὀλιγοπιστία). Es importante notar que no se trata de apistía (ἀπιστία - apistía), que significaría incredulidad o ausencia total de fe. Oligopistía combina oligos (ὀλίγος), que significa 'poco', 'pequeño' o 'escaso', con pistis (πίστις), 'fe'. Por lo tanto, se refiere a una fe débil, insuficiente, inmadura o vacilante. Es interesante observar que este es un término característico en Mateo para describir la condición de los discípulos en momentos de prueba o incomprensión (lo encontramos también, por ejemplo, en Mt 6:30, 8:26, 14:31, 16:8). Para Mateo, los discípulos sí tienen fe, pero esta es a menudo deficiente, no alcanza la firmeza o la profundidad requerida para ciertas situaciones.
Así, según el diagnóstico mateano, el fracaso en el exorcismo no se debió a una fuerza demoníaca insuperable ni a la falta de una técnica específica, sino a una insuficiencia en la propia disposición espiritual de los discípulos. Su fe, aunque existente, no fue lo suficientemente robusta o activa en ese momento para canalizar el poder divino necesario para esa sanación/liberación.
Esta interpretación se ve reforzada de manera contundente por la segunda parte del versículo 20, donde Jesús introduce la poderosa imagen del grano de mostaza: "Porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible".
Ahora bien, ¿por qué este énfasis tan marcado de Mateo en la 'poca fe' de los discípulos? Aquí es donde el análisis debe sumergirse en el contexto histórico-social y teológico probable de la comunidad mateana. Como hemos mencionado, la mayoría de los especialistas sitúan la redacción de este evangelio después del 70 d.C. (probablemente entre el 80-90 d.C.), en un entorno mayoritariamente judeo-mesiánico. Esta comunidad vivía tiempos de profunda redefinición y prueba. Por un lado, enfrentaba el trauma y la crisis de identidad derivados de la destrucción del Templo de Jerusalén, así como tensiones crecientes y un doloroso proceso de diferenciación respecto a otros grupos judíos que no reconocían a Jesús como el Mesías. Por otro lado, y de manera muy significativa para entender el posible trasfondo de la oligopistía, la comunidad mateana debía gestionar un desafío teológico interno cada vez más acuciante: la cuestión de la 'parusía retardada'.
Debemos recordar que es muy probable que las primeras generaciones de seguidores de Jesús, quizás incluyendo a las comunidades paulinas más tempranas (cf. 1 Tesalonicenses 4:15-17, donde Pablo parece incluirse entre los que estarán vivos para el retorno), fueran convertidas para el movimiento con una expectativa muy intensa y relativamente inminente del retorno glorioso de Jesús como Juez y Señor (su παρουσία - parusía, 'presencia' o 'venida'). Sin embargo, al transcurrir las décadas – ya estamos en los años 80 o 90 d.C. en la época de Mateo – esta esperada parusía no se había materializado en la forma o el tiempo que muchos pudieron haber anticipado. Esta percepción de 'demora' o 'tardanza' constituía un problema teológico y pastoral de primer orden: ¿Se había equivocado Jesús? ¿Había malinterpretado la comunidad sus palabras? ¿Había cambiado Dios sus planes? Es sumamente plausible que esta tensión generara en algunos miembros de la comunidad mateana un 'enfriamiento' de la fe inicial, desaliento, dudas sobre las promesas, o un decaimiento en el fervor y el compromiso – precisamente el tipo de fragilidad espiritual que el término oligopistía ('poca fe') podría estar reflejando y combatiendo pastoralmente. La fe, confrontada con una espera prolongada y quizás con dificultades externas, corría el riesgo de 'desmayar'.
Que este problema de la 'parusía retardada' y su impacto en la fe fue una cuestión real, persistente y que incluso se agudizó con el tiempo, lo confirma de manera explícita un escrito muy posterior del canon neotestamentario: la Segunda Carta de Pedro. Es crucial señalar aquí que la práctica totalidad de la crítica histórico-crítica moderna considera 2 Pedro como una obra pseudepigráfica, es decir, escrita bajo la autoridad atribuida a Pedro pero por un autor desconocido posterior. Además, su datación es considerablemente tardía, situándose probablemente bien entrado el siglo II d.C. (quizás entre el 100 y el 150 d.C.). A pesar de esta distancia temporal y de autoría respecto a Mateo, 2 Pedro es un testigo histórico invaluable porque dedica una sección importante (el capítulo 3) a refutar a 'burladores' que, precisamente, cuestionaban la promesa de la parusía diciendo "¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" (2 Pe 3:4). La detallada argumentación del autor de 2 Pedro (apelando a la paciencia de Dios que desea la conversión – 3:9, "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza...") demuestra que la gestión de esta 'demora' seguía siendo una preocupación pastoral central décadas después de Mateo. Por lo tanto, 2 Pedro nos sirve como una confirmación histórica externa y tardía de la gravedad y persistencia del desafío teológico y existencial que la comunidad de Mateo, con alta probabilidad, ya estaba enfrentando y que el evangelista abordaba, entre otras formas, mediante su insistencia en superar la oligopistía y cultivar una fe activa y perseverante.
Así, al resaltar la 'poca fe' como causa del fracaso en el exorcismo, Mateo no está simplemente relatando una anécdota del pasado de los Doce. Está utilizando esa narrativa para diagnosticar una posible debilidad en su propia comunidad y para exhortarla a mantener una confianza robusta en el poder de Dios y en las promesas de Jesús, incluso en medio de las dificultades externas y la prueba interna de la espera prolongada. Su elección editorial revela una profunda estrategia pastoral destinada a fortalecer el discipulado en un tiempo crucial de consolidación y prueba para el movimiento judeo-mesiánico.
3. Buscando el Origen: ¿Qué Dice el Texto Original de Marcos 9:29?
Habiendo determinado que Mateo 17:21 es una adición secundaria y que el propio Mateo (en 17:20) diagnostica el problema como "poca fe" (oligopistía), nuestra investigación nos lleva ahora a indagar en el Evangelio según Marcos. Dado que existe un amplio consenso académico sobre la prioridad de Marcos (es decir, que fue escrito antes y sirvió de fuente para Mateo y Lucas en muchos pasajes), es muy probable que encontremos aquí el origen de la tradición sobre la necesidad de "oración y ayuno".
Efectivamente, en el relato marcano del mismo episodio (Marcos 9:14-29), después de que Jesús logra expulsar al espíritu que sus discípulos no pudieron, ellos le preguntan en privado (v. 28): "¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?". La respuesta que Marcos pone en boca de Jesús, en el versículo 29, es fundamental para nuestra pesquisa. Según los manuscritos más fiables, Jesús responde: "Este género (τοῦτο τὸ γένος - túto to guénos) con nada puede salir, sino con oración (ἐν προσευχῇ - en prosefkí)".
Aquí nos enfrentamos nuevamente a una cuestión crucial de crítica textual, similar a la de Mateo 17:21. Muchas traducciones populares y manuscritos más tardíos añaden a esta respuesta las palabras "y ayuno" (καὶ νηστείᾳ - ke nistía). Sin embargo, al igual que en el caso de Mateo, esta adición está ausente en los testigos textuales más antiguos y de mayor calidad, incluyendo, una vez más, los códices Sinaítico (א) y Vaticano (B), así como otros manuscritos unciales importantes (como L, Δ, Ψ) y versiones tempranas.
La evidencia textual es tan contundente que el comité editorial de las ediciones críticas del Nuevo Testamento Griego (UBS/Nestle-Aland) también asigna la máxima calificación de certeza {A} a la lectura más corta en Marcos 9:29, es decir, omitiendo "y ayuno". Como explica Bruce Metzger en su Comentario Textual, la adición de "y ayuno" se entiende fácilmente como una glosa piadosa posterior, introducida por copistas en un período en que la práctica del ayuno se valoraba cada vez más en la Iglesia como disciplina espiritual complementaria a la oración, especialmente para situaciones difíciles. Es mucho más difícil explicar por qué múltiples líneas de transmisión textual hubieran omitido independientemente "y ayuno" si hubiera estado presente en el texto original de Marcos.
Por lo tanto, desde una perspectiva histórico-crítica rigurosa, debemos concluir que la respuesta original de Jesús según el relato de Marcos se centraba exclusiva y poderosamente en la oración (prosefkí) como el medio indispensable para expulsar a "este género". El ayuno, aunque una práctica valiosa en otros contextos, no formaba parte de esta sentencia específica en su forma más temprana.
Notemos ya aquí una diferencia de énfasis significativa respecto a Mateo: mientras Mateo centraba el diagnóstico en la cualidad interna de la fe de los discípulos (oligopistía), Marcos pone el acento en un medio externo y objetivo: la oración, como requisito para el éxito en, al menos, ciertos casos de confrontación espiritual.
Habiendo establecido con alta probabilidad el texto original de Marcos 9:29, la pregunta interpretativa clave se desplaza ahora a la enigmática frase inicial: ¿Qué significa exactamente "este género" (túto to guénos)? Explorar esta cuestión será el objetivo de nuestra siguiente sección.
4. "Este Género" en Marcos: ¿Demonio Resistente o Tarea Difícil?
Habiendo establecido que el texto más fiable de Marcos 9:29 señala la oración (prosefkí) como el medio indispensable para expulsar a "este género" (τοῦτο τὸ γένος - túto to guénos), nos enfrentamos ahora a la pregunta crucial: ¿Qué significa exactamente esta expresión, "este género"? El término griego genos (γένος) es polivalente; puede significar 'raza', 'linaje', 'familia', 'clase', 'tipo' o 'género'. Su aplicación en este contexto no es inmediatamente transparente, lo que ha llevado a diferentes interpretaciones en la exégesis académica. Las dos líneas principales de interpretación son las siguientes:
a) ¿Un Tipo Específico de Demonio?
Una interpretación bastante extendida, y quizás la más intuitiva dada la narrativa de un exorcismo particularmente complicado, es que to genos se refiere a una clase o categoría específica de espíritu demoníaco. La idea sería que, dentro de la concepción demonológica del autor (reflejando creencias de la época), no todos los demonios eran iguales; algunos eran intrínsecamente más poderosos, malignos o resistentes a la expulsión que otros. La existencia de jerarquías o diferentes "tipos" de entidades espirituales malignas es una noción que encontramos en diversas corrientes del judaísmo del Segundo Templo y en el mundo antiguo en general (pensemos, por ejemplo, en las elaboradas listas y funciones de demonios en textos posteriores como el Testamento de Salomón, que podrían reflejar tradiciones más antiguas, o las ideas sobre espíritus específicos en textos como Tobit o Jubileos). Según esta lectura, la oración sería el arma espiritual necesaria para confrontar y vencer a estos adversarios de "alto rango" o particularmente tenaces, aquellos que no ceden ante una simple orden de autoridad delegada.
b) ¿La Naturaleza de la Tarea o el Problema?
Otra línea de interpretación, igualmente defendible desde el punto de vista lingüístico y contextual, sugiere que to genos no se refiere tanto a la naturaleza ontológica del demonio en sí, sino más bien a "este tipo de situación", "esta clase de problema" o "este género de desafío". Es decir, aludiría a la dificultad intrínseca del caso que los discípulos no pudieron resolver. El muchacho del relato presenta síntomas muy severos y crónicos (mudez, sordera, convulsiones violentas que lo arrojan al fuego y al agua), lo que hacía su liberación particularmente ardua. En esta perspectiva, to genos señalaría que hay tareas espirituales o actos de poder que, por su magnitud o complejidad, sobrepasan la capacidad humana ordinaria (incluso la de los discípulos con autoridad delegada) y requieren una dependencia total y directa del poder de Dios, poder al que se accede precisamente a través de la oración. El énfasis recaería menos en la "clasificación" del demonio y más en la necesidad de recurrir a la fuente divina ante obstáculos de gran envergadura.
La Perspectiva Académica: Ambigüedad y Mensaje Central
Es importante señalar que la exégesis crítica contemporánea no llega a un consenso definitivo sobre cuál de estas dos interpretaciones es la "correcta". Ambas tienen argumentos a su favor y encuentran eco en el texto y su contexto. Los comentarios académicos suelen exponer ambas posibilidades. Sin embargo, lo que sí resulta claro, independientemente de la opción preferida, es el mensaje central que Marcos transmite a través de esta sentencia:
- Reconocimiento de la Gradación: Marcos establece que no todas las confrontaciones con el mal o las dificultades espirituales son iguales. Existe una gradación; hay "géneros" o "tipos" de desafíos que son significativamente más arduos que otros.
- Insuficiencia de la Autoridad Delegada Rutinaria: La autoridad que Jesús confirió a sus discípulos para expulsar demonios (Marcos 3:15; 6:7) no era una garantía automática de éxito en todos los casos. Tenía límites o requería condiciones adecuadas para su ejercicio eficaz.
- Necesidad Absoluta de la Oración: Para los casos más difíciles ("este género"), el recurso indispensable es la oración. La oración se presenta como el canal directo a la fuente del poder divino, esencial cuando las capacidades humanas (incluso las espiritualmente dotadas) alcanzan su límite. Implícitamente, el fracaso de los discípulos se debe a su intento de operar quizás con autosuficiencia o sin esa conexión orante fundamental en ese momento crítico.
Por lo tanto, aunque la referencia exacta de to genos permanezca con cierta ambigüedad, su función en el relato marcano es clara: subrayar la necesidad de la oración como expresión de dependencia total en Dios frente a los desafíos espirituales más formidables.
Para situar mejor aún estas ideas sobre exorcismo y oración, conviene ahora explorar brevemente cómo se entendían y practicaban estos elementos en el contexto más amplio del judaísmo del siglo I.
5. Exorcismo, Oración y Ayuno: ¿Cómo se Vivían en el Siglo I?
Para calibrar adecuadamente el significado de pasajes como Mateo 17:20 y Marcos 9:29, es indispensable situar los elementos centrales – la práctica del exorcismo, la oración y el ayuno – en el vibrante y diverso panorama del judaísmo de Judea en el siglo I d.C. ¿Cómo se entendían y vivían estas realidades en el entorno de Jesús y sus primeros seguidores?
a) El Fenómeno del Exorcismo: Como establecimos al responder a una duda anterior, la creencia en la existencia y actividad de espíritus malignos o demonios era una realidad palpable y extendida en ese período. Consecuentemente, también lo era la creencia en la posibilidad de expulsarlos o neutralizar su influencia (exorcismo). Es crucial entender que Jesús y sus discípulos no eran los únicos que realizaban exorcismos en la Judea del siglo I. Tenemos testimonios, como el ya mencionado del historiador Flavio Josefo, que describe detalladamente a un tal Eleazar realizando un exorcismo en presencia del futuro emperador Vespasiano, utilizando no solo invocaciones en nombre de Salomón (a quien se atribuía gran poder sobre los demonios), sino también un anillo especial y el uso de una raíz (Antigüedades Judías 8.45-49). Esto, junto a la evidencia de textos mágicos o de protección hallados (como en Qumrán o papiros posteriores que podrían reflejar tradiciones antiguas), nos muestra una diversidad de practicantes y de métodos. Se recurría a la autoridad divina, a nombres poderosos (Dios, ángeles, figuras legendarias como Salomón), a fórmulas rituales, a objetos (amuletos, plantas), y, por supuesto, a la oración e invocación. Este variado panorama contextualiza la narrativa evangélica: la expulsión mediante una simple palabra de autoridad (exusía) por parte de Jesús era notable, pero la idea de que ciertos casos pudieran requerir métodos específicos o un recurso más directo al poder divino (como la oración en Marcos 9:29) encajaba dentro de un mundo que concebía diferentes niveles de dificultad y una pluralidad de enfoques en la lucha contra el mal espiritual.
b) La Centralidad de la Oración (Proseuchē): Si hay una práctica omnipresente y fundamental en todas las corrientes del judaísmo del siglo I, esa es la oración (תְּפִלָּה - tefilá en hebreo; προσευχή - prosefkí en griego). Se oraba individualmente y en comunidad, en el hogar, en la sinagoga y, de manera culminante, en conexión con el culto del Templo de Jerusalén (mientras existió). La oración era el canal primordial para la comunicación con Dios, la alabanza, la petición, la intercesión, la expresión de gratitud y, crucialmente, para manifestar la dependencia humana del poder y la misericordia divinos. En un mundo donde se creía que Dios intervenía activamente, la oración era el medio por excelencia para solicitar esa intervención, ya fuera para la sanación, la protección, la provisión o, como en nuestro caso, para obtener la fuerza necesaria para confrontar el mal. Por ello, que Marcos 9:29 señale la oración como indispensable para un exorcismo difícil resulta perfectamente coherente con la cosmovisión religiosa de la época: ante un desafío que supera la capacidad humana, el recurso lógico y fundamental es volverse a Dios a través de la oración.
c) El Papel del Ayuno (Nēsteia): El ayuno (צוֹם - tzom en hebreo; νηστεία - nistía en griego) también era una práctica religiosa significativa en el judaísmo del siglo I. El ayuno comunitario más importante era el prescrito por la Torá para el Día de la Expiación (Yom Kipur, Levítico 16:29-31). Existían también otros ayunos comunitarios establecidos en recuerdo de tragedias nacionales, así como ayunos privados realizados como signo de duelo, arrepentimiento, penitencia o súplica intensa en momentos de crisis personal o colectiva. Algunas tradiciones también lo asociaban a la preparación para recibir revelaciones divinas. Sin embargo, es importante notar que, si bien el ayuno podía acompañar a la oración en situaciones de especial intensidad, no parece haber una conexión intrínseca y generalizada entre ayuno y exorcismo en las fuentes judías primarias del período, como sí la hay entre oración y exorcismo (como búsqueda de poder divino). Por esta razón, como ya indicamos, la adición secundaria de "y ayuno" a Marcos 9:29 y Mateo 17:21 en la tradición manuscrita posterior se explica mejor como un reflejo de la creciente importancia del ascetismo en la piedad cristiana primitiva. En ciertos círculos cristianos, el ayuno llegó a ser visto como una disciplina espiritual que fortalecía al creyente, aumentaba el fervor de la oración y demostraba la seriedad del compromiso en la "guerra espiritual".
En Síntesis: Este contexto nos ilumina: la centralidad de la oración en el judaísmo hace perfectamente lógico el énfasis original de Marcos 9:29. La diversidad de prácticas exorcísticas permite entender la idea de que diferentes casos requerían diferentes enfoques. Y la comprensión del rol del ayuno nos ayuda a identificar la adición posterior de este elemento como un desarrollo dentro de la tradición cristiana primitiva.
6. Conclusiones de un Análisis Crítico: Más Allá de la Respuesta Simple
Nuestro recorrido a través de la crítica textual, la exégesis comparativa de los Evangelios Sinópticos y la contextualización histórica nos permite ahora extraer conclusiones fundamentadas sobre la pregunta que motivó este análisis: ¿A qué se refería Jesús en Mateo 17 (o su paralelo en Marcos 9) al hablar de un "género" que requiere oración y ayuno? ¿Aludía a la incredulidad de los discípulos o a un tipo específico de demonio? Como hemos visto, una respuesta simple resulta insuficiente ante la complejidad de los textos y su transmisión. Sinteticemos nuestros hallazgos clave:
- Fiabilidad Textual: Hemos establecido con un alto grado de certeza académica que Mateo 17:21 ("Pero este género no sale sino con oración y ayuno") es una adición secundaria al texto original de Mateo, probablemente incorporada por copistas posteriores para armonizarlo con Marcos. Igualmente, la mención "y ayuno" en Marcos 9:29 es también una adición secundaria al texto más antiguo y fiable de ese evangelio.
- Diagnóstico según Mateo: El texto original y más fiable de Mateo (17:20) atribuye explícitamente el fracaso de los discípulos a su "poca fe" (ὀλιγοπιστία - oligopistía). El énfasis mateano recae en la disposición interna y la calidad de la fe de los seguidores de Jesús, un tema recurrente en su evangelio, probablemente conectado con los desafíos específicos de su comunidad (post-70 d.C., parusía retardada).
- Diagnóstico según Marcos: El texto original y más fiable de Marcos (9:29), probable fuente de la tradición, explica el fracaso señalando que "este género" (τοῦτο τὸ γένος - túto to guénos) solo puede ser expulsado mediante la oración (προσευχή - prosefkí). El énfasis marcano está en la necesidad de un medio específico (la oración) como expresión de dependencia total de Dios ante ciertos desafíos.
- Significado de "Este Género": La interpretación de túto to guénos en Marcos permanece abierta al debate académico: podría referirse a un tipo específico de demonio particularmente resistente, o bien a la naturaleza difícil del acto exorcístico en sí mismo. Ambas lecturas son plausibles en el contexto, pero lo crucial es que Marcos introduce una distinción cualitativa en la dificultad de las confrontaciones espirituales.
- Contexto Histórico: La creencia en demonios y la práctica del exorcismo (con diversos métodos) eran realidades en el judaísmo del siglo I. La oración era un pilar fundamental de la piedad judía y el canal lógico para buscar poder divino. El ayuno, aunque importante, no parece ligado originalmente a este dicho sobre exorcismo, y su adición refleja desarrollos posteriores en la piedad cristiana.
Entonces, ¿Incredulidad o Tipo de Demonio?
A la luz de este análisis, la respuesta a la pregunta inicial debe ser matizada. No se trata de una simple disyuntiva. Según Mateo, el problema central es la fe insuficiente de los discípulos. Según Marcos, el problema central es la falta de oración requerida para ese tipo específico de desafío (sea un demonio o una situación). Los dos evangelistas, escribiendo quizás para comunidades distintas y con énfasis teológicos y pastorales propios, ofrecen diagnósticos complementarios pero no idénticos. Mateo se enfoca en la condición subjetiva del discípulo; Marcos se enfoca en el medio objetivo necesario para la tarea.
La Riqueza del Análisis Crítico
Este ejemplo ilustra vívidamente el valor de aplicar los métodos histórico-críticos al estudio de los textos bíblicos. La crítica textual nos permite acercarnos al texto más antiguo posible, evitando interpretaciones basadas en adiciones posteriores. La crítica de las fuentes y la crítica de la redacción (analizando las elecciones editoriales de cada evangelista) nos ayudan a discernir los énfasis particulares de cada autor. Y la contextualización histórica nos permite leer estos textos dentro de su propio mundo cultural y religioso. Lejos de destruir la fe o el interés, este enfoque académico riguroso nos revela la complejidad, la riqueza histórica y la profundidad teológica de estos escritos antiguos de una manera mucho más precisa y respetuosa con su carácter original. Nos permite ir más allá de la respuesta simple y apreciar las múltiples capas de significado y los diversos contextos vitales que dieron forma al Nuevo Testamento.
Para Profundizar: Lecturas Recomendadas
Este análisis ha buscado ofrecer una visión académica rigurosa de un pasaje complejo, desentrañando capas textuales, históricas y exegéticas. Por supuesto, un artículo no puede agotar toda la riqueza y el debate que estos temas generan en la investigación especializada. Para aquellos de ustedes que sientan la misma fascinación que yo por estos estudios y deseen investigar más a fondo por su cuenta al respecto, les quiero recomendar sinceramente algunas lecturas académicas clave. Adentrarse en ellas requiere tiempo y dedicación, como todo estudio serio, pero la recompensa en profundidad de conocimiento y perspectiva crítica es inmensa:
- Aland, Kurt y Barbara Aland. The Text of the New Testament: An Introduction to the Critical Editions and to the Theory and Practice of Modern Textual
Criticism. Grand Rapids: Eerdmans, 1995. - Un manual fundamental, considerado un clásico, para comprender cómo se establece el texto griego del Nuevo Testamento que leemos hoy y los principios científicos de la crítica textual.
- Davies, W.D. y Dale C. Allison Jr. A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel According to Saint Matthew. Vol. II: Commentary on Matthew VIII-XVIII. International Critical Commentary (ICC). London: T&T Clark, 1991.
- Parte de una de las series de comentarios más prestigiosas. Ofrece un análisis exegético exhaustivo y sumamente detallado del pasaje de Mateo que hemos estudiado (Mt 17), considerando múltiples aspectos.
- Marcus, Joel. Mark 8-16: A New Translation with Introduction and Commentary. Anchor Yale Bible 27A. New Haven; London: Yale University Press, 2009.
- Un comentario igualmente riguroso y de referencia sobre la segunda mitad del Evangelio de Marcos, indispensable para analizar Mc 9:29 y su contexto.
- Metzger, Bruce M. A Textual Commentary on the Greek New Testament. 2ª ed. Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft/United Bible Societies, 1994.
- La herramienta esencial que acompaña a las ediciones críticas del NT Griego, explicando de forma concisa las razones detrás de las decisiones sobre las variantes textuales más importantes, incluyendo las de Mt 17:21 y Mc 9:29.
- Twelftree, Graham H. Jesus the Exorcist: A Contribution to the Study of the Historical Jesus. WUNT II/54. Tübingen: Mohr Siebeck, 1993.
- Un estudio académico monográfico, muy influyente, centrado específicamente en la práctica del exorcismo por parte de Jesús, analizando críticamente las fuentes evangélicas y el contexto histórico-cultural.
- Stemberger, Günter. Jewish Contemporaries of Jesus: Pharisees, Sadducees, Essenes. Minneapolis: Fortress Press, 1995.
- Una excelente introducción, clara y académicamente sólida, a los principales grupos y corrientes dentro del judaísmo del siglo I, fundamental para comprender el contexto social y religioso en el que se movió Jesús.
Explorar estas obras (muchas de las cuales se encuentran en buenas bibliotecas universitarias o teológicas, y algunas quizás accesibles parcialmente en línea a través de repositorios académicos) les permitirá no solo profundizar en los argumentos presentados aquí, sino también conocer otras perspectivas eruditas y continuar desarrollando su propio criterio informado sobre estos fascinantes textos y su complejo mundo histórico. ¡El estudio crítico de la Biblia es una aventura que siempre ofrece nuevos descubrimientos!
Llegamos así al final de este análisis detallado sobre un pasaje tan debatido como el de Mateo 17:21 y sus paralelos. Agradezco sinceramente su tiempo, atención y el habernos acompañado en esta exploración que, como hemos podido constatar, requiere paciencia con los detalles de la crítica textual, la exégesis y el contexto histórico. Espero que este recorrido haya sido no solo informativo, sino también estimulante para su propio estudio de los textos bíblicos.
Si este enfoque académico y crítico ha despertado su interés y desea continuar explorando otros temas fascinantes desde esta misma perspectiva rigurosa, quisiera aprovechar para recomendarle personalmente algunas otras investigaciones que hemos publicado aquí en 'Ciencia Bíblica':
- Sobre la concepción de seres angélicos en el mundo antiguo, puede consultar nuestro
"Estudio antropológico sobre los ángeles" - Si le interesan los ritos y sus orígenes, le invito a leer sobre
"Las fórmulas Bautismales" y su desarrollo en el movimiento primitivo de Jesús - Y si la crítica textual le ha parecido intrigante, un caso de estudio apasionante es el de
donde exploramos las variantes de este famoso número en Apocalipsis."El 666 y la Crítica Textual",
Finalmente, no olvide que estamos estudiando juntos los fundamentos de la 'Introducción a las Ciencias Bíblicas' a través de estos y otros materiales. Su perspectiva y sus preguntas enriquecen este espacio. Si tiene algún comentario sobre este artículo o si le interesa profundizar en estos estudios de manera más sistemática, no dude en enviar un comentario o mensaje. ¡Sigamos descubriendo juntos la complejidad y riqueza de los textos bíblicos con las herramientas de la academia!
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