El Concepto de Rûaḥ (רוּחַ) en Qumrán: Un Análisis del "Espíritu" en los Rollos del Mar Muerto

Estimada comunidad de Ciencia Bíblica, iniciamos un artículo que nos llevará al corazón mismo del pensamiento judío en la época de Jesús. Es momento de adentrarnos en el desierto de Judea, en las cuevas de Qumrán.

El término hebreo Rûaḥ (רוּחַ) es uno de los conceptos más complejos y polisémicos de toda la Biblia Hebrea. Como hemos discutido en otros artículos, puede significar "viento" (una fuerza física), "aliento" (el principio de la vida), incluso "ánimo" (una disposición psicológica) o, de forma crucial, el "Espíritu" de YHWH (la agencia divina).

Uno podría pensar que el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto simplificaría este panorama. Sucedió exactamente lo contrario. Qumrán nos reveló una pneumatología (una "concepción del espíritu en el judaísmo del Segundo Templo") de una sofisticación inesperada, un sistema de pensamiento que no es idéntico al de la Biblia Hebrea, pero que tampoco es el del Nuevo Testamento. Es el puente conceptual indispensable entre ambos mundos.

En este extenso artículo, nos alejaremos deliberadamente de la tentación de leer Qumrán como un simple "antecedente" del cristianismo. En su lugar, haremos lo que la erudición exige: situar el concepto de rûaḥ en su propio Sitz im Leben.

Este tecnicismo alemán: Sitz im Leben significa "contexto vital". No podemos entender qué significa rûaḥ para un miembro de esta comunidad sectaria si lo leemos con los lentes de un teólogo cristiano del siglo IV o de un rabino del siglo III. Debemos leerlo desde su Sitz im Leben específico: el de un judaísmo apocalíptico, sectario y dualista ético/funcional del Segundo Templo, que se veía a sí mismo como el "verdadero Israel" en medio de una guerra cósmica.

Nuestras preguntas serán: ¿Cómo usa Qumrán rûaḥ de forma distintiva? ¿Hablan de un espíritu o de muchos? ¿Cómo se transformó esta idea en la base de su identidad comunitaria? ¿Y qué rol juega en sus expectativas mesiánicas?

Para ello, usaremos una metodología que combina la filología (analizar las palabras en hebreo, como rûaḥ qodšô o el plural rûaḥôt), la semántica histórica (ver cómo evolucionó desde Isaías) y la intertextualidad (comparándolo con textos como 1 Enoc). Como veremos, el rûaḥ en Qumrán no es solo una idea teológica; es un principio sociológico que define quién está "dentro" (los "hijos de la luz") y quién está "fuera" (los "hijos de las tinieblas").

Nota filológica: El término hebreo רוּחַ (rûaḥ) es de género femenino en hebreo bíblico y qumránico, aunque algunas traducciones castellanas lo tratan como masculino (“el espíritu”). En este estudio se conserva el género original: “la rûaḥ”, “las rûḥôt”.

El sustantivo רוּחַ (rûaḥ) es gramaticalmente femenino, aunque puede ocasionalmente comportarse como masculino en ciertos contextos o por atracción sintáctica (fenómeno conocido como gender shift o “fluctuación de género” en la morfología semítica).

Por ejemplo: 

  • Uso femenino (lo más común):

    • רוּחַ קָדוֹשָׁה (rûaḥ qĕdôšāh) → “espíritu santo” — qĕdôšāh es adjetivo femenino.

    • רוּחַ חֲדָשָׁה (rûaḥ ḥădāšāh) → “espíritu nuevo” (Ez 36:26).

  • Uso masculino (ocasional):

    • רוּחַ נָכוֹן יְחַדֵּשׁ בְּקִרְבִּי (rûaḥ nāḵôn yĕḥaddēš bĕqirbî) — Sal 51:12, donde el verbo está en masculino.
      Esto refleja una oscilación estilística, no un cambio de género ontológico.

El plural רוּחוֹת (rûḥôt) mantiene el género femenino, ya que el sufijo -וֹת (-ôt) es la marca típica de plural femenino en hebreo.

Índice de Contenidos

    La Matriz Bíblica: La Rûaḥ antes de Qumrán (Isaías y Ezequiel)

    Para valorar la radical innovación de Qumrán, primero debemos establecer nuestro punto de partida: ¿Qué significaba Rûaḥ (רוּחַ) en la Biblia Hebrea, la autoridad fundamental para los sectarios del Mar Muerto?

    Como mencionamos, el término es polivalente. Sin embargo, en los textos proféticos, El concepto de rûaḥ experimenta una intensificación de su agencia y de su función transformadora en la economía del relato profético, el término rûaḥ YHWH experimenta una ampliación semántica y funcional. Ya no designa únicamente el “viento” o “aliento vital” de Génesis 1:2, sino que se convierte en el poder operativo de Dios en la historia. Dos profetas son cruciales para entender el contexto de Qumrán:

    1. Isaías (especialmente el Segundo Isaías): Aquí, el término Rûaḥ es el agente de la nueva creación y la unción mesiánica. Es la Rûaḥ la que "descansa" sobre el Siervo (Isaías 42:1) y la que unge al profeta para "dar buenas nuevas a los pobres" (Isaías 61:1). La Rûaḥ es, fundamentalmente, un poder de capacitación escatológica (para el fin de los tiempos).

    2. Ezequiel: En Ezequiel, el término Rûaḥ adquiere una dimensión vivificante y transformadora. En la famosa visión del Valle de los Huesos Secos (Ezequiel 37), la Rûaḥ no solo da vida a los muertos, sino que los transforma internamente: "Pondré mi Rûaḥ dentro de vosotros, y haré que andéis en mis estatutos" (Ez. 36:27). Rûaḥ ya no solo "cae sobre" alguien, sino que "mora dentro", cambiando la naturaleza humana.

    Sin embargo, incluso allí, rûaḥ no actúa como sujeto independiente, sino como forma verbal del obrar divino.

    Cómo lo expresan los mejores comentaristas

    • Claus Westermann (Isaiah 40–66):  rûaḥ es “la energía de Dios al servicio de su propósito redentor”, no una entidad.

    • Moshe Greenberg (Ezekiel 21–37): rûaḥ “no es persona sino poder divino que penetra la existencia humana”.

    • John Levison (Filled with the Spirit, 2009): “rûaḥ en Ezequiel anticipa una teología de la interioridad, no una hipóstasis”.

    En sentido estricto, la Biblia Hebrea no contiene un dualismo ontológico ni moral sistemático.
    El pensamiento judío clásico es monoteísta teológico: todo proviene de YHWH, tanto lo que el hombre llama “bien” como “mal”.

    Ejemplo canónico:

    “Yo formo la luz y creo la tiniebla, hago la paz y creo la desgracia: yo, YHWH, hago todo esto.” (Isaías 45:7)

    Este versículo, y otros como Amós 3:6 o Job 2:10, descartan una cosmovisión de dos principios antagónicos (bien/mal, luz/oscuridad).
    En la cosmovisión monoteísta postexílica, el mal no tiene autonomía metafísica.

    Los textos que luego formarían parte del Tanaj, en su forma conocida, reflejan en su mayoría una teología redactada o fijada en época postexílica, antes de la cristalización de las ideas dualistas éticas propias del sectarismo del Segundo Templo.

    En otras palabras:
    Qumrán no surge “después del Tanaj”, sino paralelamente a la fase final de fijación textual de esos libros que más tarde serán reconocidos como canónicos.

    Vamos despacio, este es un tema muy delicado y vamos a desentrañarlo con seriedad:

    En la etapa del Postexilio temprano (s. VI–V a.C.) situamos la redacción final de la Torá, Deutero-Isaías, parte de los Salmos. Aquí aún es dominante el monoteísmo ético y se mantiene la soberanía única de YHWH.

    En el periodo Persa–Helenístico (s. IV–II a.C.) situamos la redacción y edición final de Profetas y Ketuvim. Aquí aparece una tensión ética (bien/mal) pero no dualismo ontológico.

    En la etapa Apocalíptica-sectaria (s. II–I a.C.) ubicamos a 1 Henoc, Jubileos, Qumrán. Encontramos aquí la introducción del dualismo ético y angelología estructurada.

    Entonces, los textos más autoritativos del judaísmo del Segundo Templo —Torá y Profetas—, aunque conservan un sustrato preexílico, se redactan en su forma final en el postexilio, en un marco que aún no permite la reificación de rûaḥ como entidad moral. Es en la literatura apocalíptica y sectaria del Segundo Templo donde el término rûaḥ adquiere rasgos de entidad moral o cósmica, preludio del dualismo ético de Qumrán.

    Qumrán representa una corriente interpretativa del judaísmo que coexistió con el proceso de fijación textual del Tanaj. Qumrán y la fijación del Tanaj son procesos contemporáneos que pertenecen a un mismo horizonte de desarrollo religioso y literario, pero representan proyectos teológicos diferentes.
    Los textos canónicos del Tanaj, aun en sus formas postexílicas, mantienen una teología monoteísta en la que el término rûaḥ YHWH es instrumento y no persona; mientras que la literatura apocalíptica y sectaria del Segundo Templo (Henoc, Jubileos, Qumrán) desarrolla una sistematización dualista-ética que marca el tránsito hacia las concepciones pneumatológicas del cristianismo primitivo.

    Este es el legado que Qumrán recibe. Sin embargo, los sectarios del Mar Muerto, viviendo en un mundo saturado de apocalíptica y dualismo (un pensamiento que, como hemos analizado en nuestro artículo sobre la posible influencia de Zoroastro en la Biblia, tenía profundas raíces en el pensamiento persa), tomaron estas ideas y las sistematizaron de una manera sin precedentes. Crearon una verdadera "guerra de los espíritus", un concepto que, como veremos, se origina en el dualismo ético, pero que se expande hasta incluir una compleja jerarquía de ángeles y demonios.

    Para sumergirnos en este fascinante mundo, usaremos como imagen principal de nuestro análisis el texto más importante para entender esta pneumatología: la Regla de la Comunidad.

    Tratado de los dos espíritus encontrado en Qumram; explicación ofrecida por el profesor Yamid Jurado, director de la página de estudios académicos especializados de la biblia "Ciencia Bíblica".
    Un fragmento del Gran Rollo de la Regla de la Comunidad (1QS), uno de los manuscritos fundacionales encontrados en Qumrán. Es en este documento donde se desarrolla la crucial teología de los "Dos Espíritus".


    Con esta base profética establecida, estamos listos para entrar en el corazón de Qumrán. En la siguiente entrega, analizaremos cómo la Regla de la Comunidad (1QS) transforma la Rûaḥ de Dios en un sistema dualista de rûaḥôt (espíritus) que predeterminan el destino de la humanidad. Este análisis no es un mero ejercicio de filología antigua; como veremos, estudiar cómo esta comunidad definió el término rûaḥ nos ayuda a comprender el mecanismo fundamental por el cual los grupos antiguos definían su identidad y su lugar en un mundo que percibían como conflictivo y plural.

    1QS (Regla de la Comunidad): El Dualismo de los Dos Espíritus (rûaḥôt)

    Nuestra fuente principal para esta inmersión es el texto más importante de la comunidad, la Regla de la Comunidad (1QS) —un texto cuya datación se sitúa en el álgido contexto apocalíptico-sectario (ca. s. II-I a.C.)—, y específicamente, la sección que la erudición denomina el Tratado de los Dos Espíritus (ubicado en 1QS III,13–IV,26). Este tratado es la clave maestra para entender la auto-concepción sectaria, su sociología y su cosmovisión.

    Aquí, el término rûaḥ deja de ser (primariamente) el Espíritu impredecible que "viene sobre" un profeta (como Gedeón o Saúl). En su lugar, 1QS nos presenta un  sistema dualista de carácter ético y cosmológico, y, en buena medida, determinista. Ahora, el término “determinismo” debe entenderse aquí en el sentido de predestinación ética comunitaria, no de predestinación individual teológica (según la lectura de Newsom y Goff). El texto afirma que Dios mismo, en su misterio insondable (בְּרָזֵי עֵצָתוֹ, bĕrāzê ‘ēṣātô), creó y asignó a la humanidad "dos espíritus", usando el plural: רוּחוֹת (rûaḥôt).

    Leamos la fuente primaria (1QS III, 18-19), siguiendo la edición crítica de referencia (DJD I) y el sistema de transliteración SBL:

    ...וברא אנוש לממשלת תבל וישם לו שתי רוחות... הנה רוח האמת והעול

    (...ûbārā’ ’ĕnôš lĕmemšelet tēbēl wayyāśem lô štê rûḥôt... hinnēh rûaḥ hā’ĕmet wĕhā‘āwel)

    Traducción académica: "...Y creó al hombre para el dominio del mundo y puso en él dos espíritus... estos son los espíritus de la verdad y de la perversidad."

    Aquí está la innovación radical. Estos rûaḥôt (espíritus) no son "actitudes" o simples inclinaciones psicológicas que la persona elige (como veremos más adelante en el yetzer rabínico). Son, según este texto, principios ontológicos creados por Dios y asignados a la humanidad en una lucha moral preordenada.

    El tratado profundiza este dualismo al poner a cada "lote" de la humanidad bajo un líder celestial (1QS III, 20-21):

    ביד שר אורים... וביד מלאך חושך...

    (bĕyad śar ’ûrîm... ûbĕyad mal’ak ḥôšek...)

    Traducción académica: "En la mano del Príncipe de las Luces... y en la mano del Ángel de la Oscuridad..."

    Aquí rûaḥ en 1QS se ha convertido en un principio sociológico y ético que define la identidad. Se establece la bipartición del cosmos. Pertenecer a la comunidad de Qumrán es pertenecer al "lote" de los "hijos de la luz", determinados por la rûaḥ de la verdad. Como ha explorado la erudita Carol Newsom (The Self as Symbolic Space), esta formulación simbólica dualista de 1QS no es una mera especulación abstracta; es una herramienta que construye el límite simbólico de la comunidad y justifica su estricta separación del mundo exterior, considerado el dominio del Ángel de la Oscuridad.

    Es vital hacer un matiz Q1 aquí. ¿Significa esto que Qumrán adoptó un dualismo metafísico absoluto, como el que podríamos encontrar en el zoroastrismo? La respuesta del texto es un "no" rotundo. Aunque los paralelismos formales con el pensamiento iranio son fascinantes, el autor de 1QS es extremadamente cuidadoso en blindar su ideología religiosa: el monoteísmo radical de YHWH nunca se pone en cuestión. Subordina ambos espíritus a la soberanía absoluta de Dios: "Del Dios de las luces es el origen de ambas rûḥôt" (1QS III, 25). El dualismo de Qumrán es, por tanto, ético y cosmológico, pero está firmemente supeditado al monoteísmo.

    En resumen, 1QS nos presenta el término rûaḥ estático, dualista y determinista (entendiendo este determinismo en el sentido de predestinación ética comunitaria), que funciona como el fundamento ideológico de la secta. Pero, como veremos a continuación, esta no era la única forma en que Qumrán entendía el concepto de Espíritu. Textos como 4Q521 nos mostrarán una faceta completamente diferente: rûaḥ como el poder dinámico y mesiánico de la nueva creación.

    4Q521 (El Apocalipsis Mesiánico): Rûaḥ como Agente de la Nueva Creación

    Entramos ahora en uno de los fragmentos más emocionantes descubiertos en Qumrán: 4Q521, conocido como el "Apocalipsis Mesiánico" (datado ca. s. II-I a.C., situándolo en paralelo a otros textos apocalípticos clave como 1 Henoc y Jubileos, dentro del corpus designado por la erudición como Literatura del Segundo Templo). Este texto, aunque fragmentario, ofrece una visión escatológica que contrasta y complementa de manera vital el dualismo estático de 1QS.

    Mientras que 1QS desarrolla una antropología dualista centrada en la identidad de la comunidad, 4Q521 proyecta una pneumatología escatológica orientada a la acción divina en la historia. El texto describe la llegada del Mesías en un lenguaje que resuena profundamente con las promesas de Isaías. Una reconstrucción (de certeza moderada, según la edición crítica DJD XXV) de la línea 1 del fragmento 2, col. II, dice:

    ...השמים והארץ ישמעו למשיחו

    (...haššāmayim wĕhā’āreṣ yišmĕ‘û limšîḥô...)

    Traducción académica: "...los cielos y la tierra escucharán a su Mesías..."

    Sin embargo, la agencia de la salvación en este texto no es solo mesiánica, sino fundamentalmente divina, ejecutada a través de la Rûaḥ (רוּחַ). Y aquí encontramos la clave de la pneumatología escatológica de 4Q521. En la línea 12, el autor hace una alusión intertextual directa y de una potencia "teológica" inmensa (4Q521, Frg. 2, Col. II, l. 12):

    ...ומרחף רוח אלהים על

    (...ûmĕraḥēp rûaḥ ’ĕlōhîm ‘al...)

    Traducción académica: "...y el Espíritu de Dios se cierne sobre..."

    El verbo מְרַחֵף (mĕraḥēp, "cernirse" o "aletear") de la raíz רחף, ‘flotar, vibrar’ reaparece aquí con el mismo valor hiphil de Gn 1:2, sugiriendo continuidad intencional con la Rûaḥ creadora. Es entonces, una alusión inconfundible a Génesis 1:2, cuando la Rûaḥ de Dios se cernía sobre las aguas del caos primigenio. (Es importante recordar, como hemos acordado, que Rûaḥ es un sustantivo gramaticalmente femenino en hebreo, de ahí que hablemos de "la Rûaḥ"). El uso de este verbo —un término de empleo excepcionalmente raro en Qumrán, aunque atestiguado en un contexto distinto en 4Q504 pero en forma no idéntica; hablamos, por tanto, de un virtual hapax legomenon en el corpus extrabíblico— refuerza su clara intencionalidad intertextual.

    La implicación de esta cita es profunda: la era mesiánica no se concibe como restauración político-nacional, sino como una recreación cósmica, un reinicio de la creación por medio de la misma Rûaḥ divina que actuó en el principio..

    ¿Y cómo es esta nueva creación? El texto lo describe explícitamente en líneas anteriores (l. 8), con verbos que definen la acción salvífica de Dios en la era mesiánica:

    ...פצעים ירפא ומתים יחיה ענוים יבשר

    (...pĕṣā‘îm yĕrappē’ ûmētîm yĕḥayyeh ‘ănāwîm yĕbaśśēr)

    Traducción académica: "...curará a los heridos, y a los muertos dará vida (lit. vivificará), a los pobres anunciará buenas nuevas."

    Así la Rûaḥ de 4Q521 no es el principio ético-determinista de 1QS. Es crucial notar el matiz lingüístico y conceptual: mientras que 1QS desarrollaba su cosmovisión usando el plural rûḥôt (רוּחוֹת, espíritus), 4Q521 retorna al término Rûaḥ en singular (el Espíritu de Dios). Es el poder dinámico y vivificante de Dios (reminiscente de la visión de Ezequiel 37) que inaugura activamente la era escatológica.

    Este fragmento es crucial para la historia de las ideas religiosas, pues nos proporciona el eslabón perdido entre la profecía de Isaías 61 ("buenas nuevas a los pobres") y la proclamación base de los textos del Nuevo Testamento. Como hemos analizado en nuestro artículo sobre el Kerygma Primitivo y su transición a la narrativa, el lenguaje de 4Q521 nos muestra el vocabulario y las expectativas exactas que circulaban en el judaísmo apocalíptico del siglo I a.C., particularmente en tradiciones afines al isaianismo tardío, lo que ofrece el marco conceptual que hace inteligible la proclamación de Jesús en textos como Lucas 4:18 y 7:22.

    11Q13 (Melquisedec): Rûḥôt como Agentes de Juicio en la Guerra Cósmica

    Si 1QS nos dio el "mapa" del dualismo y 4Q521 nos mostró el "poder" de la salvación, el manuscrito 11Q13 (El Rollo de Melquisedec) nos sumerge en el drama escatológico de la batalla judicial del fin de los tiempos. Este texto, aunque fragmentario, es crucial porque reinterpreta la enigmática figura de Melquisedec (el rey-sacerdote de Génesis 14) y lo transforma en un agente celestial de primer orden.

    El debate académico sobre su identidad sigue abierto: algunos eruditos lo identifican con el Arcángel Miguel, mientras que otros lo ven como una figura independiente de tipo "dios-juez" celestial (siempre subordinado a YHWH), cuyo propósito es presidir la corte divina y ejecutar el juicio final de Dios.

    En este drama cósmico, Melquisedec libera a los "hijos de la luz" (la comunidad de Qumrán) de la dominación de Belial (el nombre sectario para el líder del mal, a quien el texto también llama Malki-reša', "Rey de Iniquidad"). Esta figura de Belial no es aislada; es el jefe de los "hijos de las tinieblas" que aparece en otros textos sectarios clave, como la Regla de la Guerra (1QM), reforzando la coherencia interna de esta cosmovisión dualista de Qumram.

    Es aquí donde reaparecen las rûḥôt (plural femenino). En esta cosmovisión judicial-angelológica, el término no se refiere ni al Espíritu creador de Dios (como en 4Q521) ni al principio ético abstracto (como en 1QS), sino a los agentes directos vinculados al lote de Belial.

    Leamos la fuente primaria (11Q13 II, 12), siguiendo la edición crítica (DJD XXIII) y la traducción de F. García Martínez:

    ...ל[כול] רוחי גורלו

    (...l[kōl] rûḥê gôrālô)

    Traducción académica: "...sobre [todos] los espíritus de su lote [el lote de Belial]."

    El análisis aquí es crucial. Las rûḥôt (espíritus) en este contexto son inequívocamente las entidades espirituales hostiles activas en el mundo bajo el dominio de Belial. El término rûaḥ es altamente polisémico y su significado debe determinarse por el género y horizonte textual.

    Es pedagógicamente fundamental reforzar este contraste para evidenciar la polisemia del término en Qumrán:

    1. En 4Q521 (texto mesiánico), vimos el singular Rûaḥ (רוּחַ) como el poder creador y vivificante de Dios.

    2. Aquí, en 11Q13 (texto judicial), vemos el plural rûḥôt (רוּחוֹת) para designar a las entidades demoníacas subordinadas a Belial.

    Esta cosmovisión, que puebla el universo de agentes espirituales en conflicto, es una de las innovaciones clave del judaísmo del Segundo Templo. Esta compleja jerarquía celestial y demoníaca es el contexto exacto del que beberá la angelología y demonología posterior, un fascinante desarrollo que exploramos en nuestro artículo sobre la historia cronológica de los ángeles. La Rûaḥ de Qumrán no es solo "Espíritu", también es "espíritus".

    Hemos visto, por tanto, al rûaḥ como principio ético (1QS), poder creador (4Q521) y agente demoníaco (11Q13). En la siguiente sección, analizaremos el manuscrito 4QFlorilegium para descubrir su última gran función: el rûaḥ como la clave hermenéutica que define a la propia comunidad como el Templo escatológico.

    4QFlorilegium (4Q174): Rûaḥ como Clave Hermenéutica y el Templo Escatológico

    Hemos llegado a la cuarta función de la Rûaḥ (רוּחַ) en Qumrán. Si en 11Q13 vimos a las rûḥôt (רוּחוֹת) como los agentes demoníacos en la guerra cósmica, ahora veremos cómo la Rûaḥ singular funciona como el motor de la hermenéutica sectaria, es decir, de su método único de interpretación bíblica.

    El manuscrito 4Q174 (datado ca. s. I a.C., en paralelo a otros pesharim clave como el Comentario de Habacuc o 1QpHab), conocido como Florilegium (en latín, "Colección de Flores", por su carácter de antología de textos bíblicos reinterpretados), es uno de los mejores ejemplos de un pesher (פֵּשֶׁר). Este es el término técnico que usa la comunidad para su exégesis: un comentario que no analiza el texto bíblico en su contexto histórico original como lo haría la exégesis histórico-literaria moderna, sino que lo "actualiza", declarando que su verdadero significado se está cumpliendo ahora, en el final de los tiempos, y se aplica directamente a la comunidad de Qumrán.

    En este horizonte, la Rûaḥ (רוּחַ) no es el tema principal de la discusión (como sí lo era en 1QS), sino el agente implícito que permite esta audaz reinterpretación. La Rûaḥ es entendida aquí como el agente de la revelación, el espíritu de profecía (un concepto que conectará más tarde con el término rabínico Rûaḥ ha-nevu’ah, רוּחַ הַנְּבוּאָה) que "desvela" (cf. el verbo galah, גלה) los misterios ocultos de las Escrituras al Maestro de Justicia y, a través de él, a la comunidad. Es importante tomar en cuenta que el concepto de Rûaḥ ha-nevu’ah conecta con tradiciones rabínicas posteriores, pero en Qumrán se entiende como revelación inmediata al Maestro de Justicia.

    El fragmento más famoso de 4Q174 es su pesher a la profecía de Natán a David en 2 Samuel 7, donde Dios promete "edificar una casa" (bayit) para David.

    El autor sectario reinterpreta radicalmente esta promesa. Declara que el Templo de piedra de Jerusalén, que consideraban corrupto y contaminado por un sacerdocio ilegítimo, no es la casa de la que hablaba Dios. La verdadera casa escatológica que Dios está construyendo es un "Templo de hombres":

    ...ויואמר לבנות לו מקדש אדם...

    (...wayyô’mer libnôt lô miqdaš ’ādām...)

    Traducción académica: "...Y Él (Dios) ha mandado edificar para Él un Templo de hombres..."

    Para la comunidad de Qumrán, esto no era una metáfora abstracta. Era su autodefinición concreta como el santuario escatológico que reemplazaba funcional y espiritualmente al Templo físico de Jerusalén. En palabras sencillas; ellos mismos se consideraban el Templo escatológico (miqdaš ’ādām), o sea, el santuario viviente donde moraba la presencia divina. Aquí, la Rûaḥ es precisamente aquella presencia divina que santifica a esta comunidad-Templo (el miqdaš ’ādām), permitiéndole entender las Escrituras de esta manera y funcionar como el verdadero santuario. La comunidad misma, ungida por el Espíritu de entendimiento, reemplaza al edificio físico.

    Esto nos muestra que La Rûaḥ no es solo un principio ético y moralizante (1QS), un poder creador y vivificante (4Q521) o un agente demoníaco en la guerra judicial (11Q13); es también aquí en 4Q174, la clave hermenéutica que abre las Escrituras y define a la comunidad como el Templo ungido donde Dios mora.

    En la próxima sección, daremos un paso crucial: contrastaremos esta compleja cosmovisión sectaria con la que desarrollará el judaísmo rabínico, centrándonos en la diferencia clave entre Rûaḥ y Yetzer.

    La Bifurcación Rabínica: El Rûaḥ de Qumrán frente al Yetzer (La Inclinación)

    El análisis de nuestro artículo ha demostrado que la cosmovisión de Qumrán, especialmente la articulada en 1QS, era de un dualismo moral-cósmico con elementos deterministas. El individuo nacía en uno de los dos "lotes" (luz u oscuridad) y su vida era definida por la lucha entre las rûḥôt (רוּחוֹת) ontológicas (los espíritus de la Verdad o la Perversidad). Ahora, aunque la terminología de los lotes podría sugerir un determinismo estricto, el texto de 1QS combina este marco cósmico con llamados éticos internos, lo que indica una coexistencia de elementos exhortativos dentro del esquema dualista.

    Esta visión, sin embargo, no fue la que heredó el judaísmo dominante tras la destrucción del Segundo Templo en el 70 d.C. De hecho, el judaísmo rabínico (corriente farisea y otras tradiciones afines que confluyeron en la formación del judaísmo rabínico posterior  tras la destrucción del templo la cual definió el judaísmo rabínico emergente) reformuló profundamente este modelo dualista, desplazando la causalidad ontológica por una antropología moral basada en la voluntad, probablemente por la amenaza que suponía para el libre albedrío y la centralidad de la obediencia a la Torá.

    Los rabinos desarrollaron una antropología radicalmente diferente. Esta es la diferencia fundamental: el término Rûaḥ sectario de Qumrán es una categoría cosmológica y ontológica (un agente/ser externo que te define), mientras que el Yetzer rabínico es una categoría antropológica y psicológica (una facultad interna de tu propia voluntad).

    El Yetzer: Una Antropología de la Voluntad

    En la literatura rabínica (p.ej., en b. Berakhot 61a, citado aquí según las ediciones estándar del Talmud Babilónico, como la Vilna Shas), el ser humano no está determinado por una rûaḥ (espíritu) externo, sino que posee dos inclinaciones psicológicas innatas:

    1. יֵצֶר הַטּוֹב (yetzer ha-tov) - La "inclinación buena".

    2. יֵצֶר הָרַע (yetzer ha-ra‘) - La "inclinación mala" (o "inclinación al mal").

    Para los rabinos, el yetzer ha-ra‘ no es un demonio (como el Ángel de la Oscuridad de 1QS); es el impulso humano natural, el ego, el deseo. No es intrínsecamente "satánico", sino que es la materia prima de la voluntad que debe ser gestionada.

    Aquí radica la gran bifurcación:

    • En Qumrán (1QS): Eres un "hijo de la luz" o un "hijo de las tinieblas" por asignación divina (determinismo ontológico).

    • En el Rabinismo: Tienes ambas inclinaciones dentro de ti, y tu deber en la vida es usar tu voluntad para que el yetzer ha-tov domine al yetzer ha-ra‘ (voluntarismo psicológico).

    En otras palabras: Qumrán describe asignación cósmica, mientras el rabinismo describe estructura psicológica. La diferencia no es solo teológica, sino antropológica y semántica.

    ¿Y cuál es la herramienta para lograr esto? No es un espíritu de luz, sino la Torá. Como afirma el Talmud, la Torá es el "remedio" o el "antídoto" (תַּבְלִין, tavlîn) dado por Dios para dominar la inclinación al mal. La batalla se libra en el campo de la voluntad humana y la obediencia a la Ley.

    La Cesación del Rûaḥ ha-Qodesh

    Esta diferencia se agudiza aún más cuando vemos qué hicieron los rabinos con el propio término Rûaḥ. En el pensamiento rabínico, la רוּחַ הַקֹּדֶשׁ (Rûaḥ ha-Qodesh, Espíritu Santo) se identificó casi exclusivamente con el espíritu de profecía.

    Y aquí viene la segunda gran divergencia: según la tradición rabínica (p.ej., en b. Yoma 9b o b. Sanhedrin 11a), la Rûaḥ ha-Qodesh (el espíritu profético) "cesó" (נִסְתַּלְּקָה, nistallĕqāh) en Israel tras la muerte de los últimos profetas bíblicos (Hageo, Zacarías y Malaquías). Y sin embargo, aunque la tradición mayoritaria sostiene que la Rûaḥ ha-Qodesh cesó tras los últimos profetas, algunas fuentes rabínicas posteriores admiten manifestaciones aisladas de inspiración divina, siempre subordinadas a la Torá y a la autoridad halájica.

    Es crucial matizar este punto: para los rabinos, esto no significó la ausencia de la guía divina, sino un cambio fundamental en su mediación. La revelación profética directa (la Rûaḥ ha-Qodesh) cesó, pero fue reemplazada por dos cosas: primero, por una forma menor de revelación llamada Bat Kol (בַּת קוֹל, "hija de la voz" o "eco"), una guía celestial sutil; y segundo, y más importante, la autoridad se transfirió del profeta (que recibe inspiración directa) al sabio (que interpreta la Torá)La Rûaḥ ahora se entendía como la iluminación divina que asistía la interpretación de los sabios en la Halajá.

    Esto es un contraste absoluto con Qumrán:

    • Qumrán se veía a sí misma como la comunidad escatológica que vivía en la plenitud de la revelación de Rûaḥ (como vimos en 4QFlorilegium).

    • El Rabinismo se veía a sí mismo como una comunidad viviendo después de la cesación de la profecía, basando su autoridad no en nuevas revelaciones, sino en la interpretación de la Torá.

    En resumen, la compleja pneumatología de Qumrán (dualista, determinista, profética) representa una trayectoria del judaísmo del Segundo Templo que no sobrevivió en la corriente principal rabínica. Pero, como veremos en la próxima sección, este vocabulario único sobre "espíritus de verdad y error" no desapareció: encontró un eco asombroso en los escritos de otra comunidad apocalíptica que surgió de ese mismo crisol: el cristianismo primitivo.

    El Puente Conceptual: La Recepción del Rûaḥ de Qumrán en el Nuevo Testamento

    El vocabulario desarrollado en Qumrán no es una mera curiosidad de una secta aislada; es, en muchos aspectos, el Sitz im Leben (contexto vital/conceptual) y el diccionario conceptual que hace inteligible gran parte de la pneumatología del Nuevo Testamento.

    Es crucial ser metodológicamente precisos: no estamos afirmando (en la mayoría de los casos) que los autores del Nuevo Testamento conocieran o leyeran los manuscritos de Qumrán. Estamos demostrando algo mucho más profundo: que ambos grupos (los sectarios de Qumrán y los primeros seguidores de Jesús) bebieron del mismo pozo conceptual del judaísmo apocalíptico del Segundo Templo y, por lo tanto, usaron un lenguaje técnico similar para describir sus realidades espirituales. No sostenemos dependencia literaria directa, sino afinidad conceptual y continuidad de tradición. Dicho de otro modo, tanto los autores de Qumrán como los del Nuevo Testamento participan de un mismo horizonte semántico del judaísmo apocalíptico del Segundo Templo.

    Dos ejemplos, provenientes de textos clave de Qumrán datados en los siglos II y I a.C. (y por tanto, precediendo cronológicamente al Nuevo Testamento), son tan claros que la erudición Q1 (desde J. A. Fitzmyer hasta J. Collins) los considera paralelismos conceptuales reconocidos por la erudición crítica.

    1. La Conexión Lucana y el Kerygma (4Q521)

    Como analizamos en la tercera sección de este artículo, el manuscrito 4Q521 (El Apocalipsis Mesiánico) describe la era mesiánica usando una combinación única de verbos: la Rûaḥ (רוּחַ) de Dios (en alusión a Génesis 1:2) "dará vida a los muertos" (mētîm yĕḥayyeh) y "anunciará buenas nuevas a los pobres" (‘ănāwîm yĕbaśśēr).

    Este conjunto semántico —Espíritu, resurrección, buenas nuevas— aparece siglos después en la apertura programática de Lucas 4:18, donde Jesús cita Isaías 61 según la LXX:

    Πνεῦμα Κυρίου ἐπ’ ἐμέ, οὗ εἵνεκεν ἔχρισέν με, εὐαγγελίσασθαι πτωχοῖς.
    “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres.”

    La correspondencia conceptual se intensifica en Lucas 7:22, donde Jesús responde con la misma tríada de 4Q521: “los ciegos ven… los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el evangelio”. 

    No se trata, por tanto, de una cita de Qumrán, sino de una coincidencia estructural de horizonte teológico. Ambos textos articulan la esperanza mesiánica con idéntico campo léxico: el Espíritu de Dios como agente de restauración escatológica, revelada en actos de vida y proclamación. Este paralelismo, reconocido por Fitzmyer (Dead Sea Scrolls and Christian Origins, 2000) y Collins (The Apocalyptic Imagination, 2016), confirma que el lenguaje lucano del pneuma mesiánico pertenece al mismo universo conceptual que 4Q521.

    Así entonces, 4Q521 nos demuestra, de manera fehaciente, que en las décadas previas a Jesús, la expectativa mesiánica en la tierra de Israel ya estaba siendo articulada con este vocabulario preciso. Qumrán nos da el eslabón perdido que conecta a Isaías con el Kerygma, un tema que, como recordarán, exploramos en detalle en nuestro artículo sobre la transición del anuncio oral a la narrativa del Evangelio.

    2. La Conexión Joánica y el Dualismo (1QS)

    El segundo puente conceptual es, si cabe, aún más sorprendente y filológicamente correspondiente.

    Como vimos en la segunda sección, el eje teológico de 1QS se articula en torno al dualismo moral-cósmico entre los dos espíritus creados por Dios:

    רוּחַ הָאֱמֶת וְהָעָוֶל (rûaḥ hā’ĕmet wĕhā‘āwel) "El Espíritu de la Verdad y el Espíritu de la Perversidad/Error" (1QS III:19)

    Este par semántico (verdad / error) tan específico, que divide el cosmos en dos goralot  ("lotes" o destinos espirituales) antagónicos, es prácticamente inexistente o no tiene precedentes estructurales en el Tanaj canónico ni en la literatura sapiencial postexílica, ni en los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).

    Sin embargo, es el vocabulario central de la literatura joánica.

    Leamos 1 Juan 4:6:

    ...ἐκ τούτου γινώσκομεν τὸ πνεῦμα τῆς ἀληθείας καὶ τὸ πνεῦμα τῆς πλάνης.

    (...ek toutou ginōskomen to pneuma tēs alētheias kai to pneuma tēs planēs.)

    Traducción académica: "En esto conocemos el Espíritu de la Verdad y el Espíritu del Error."

    El paralelismo terminológico es asombroso. Es casi una traducción semántica directa del hebreo de 1QS al griego joánico. La coincidencia no puede atribuirse al azar, sino a la persistencia de un mismo idiolecto teológico en comunidades judías apocalípticas. 

    La cosmovisión dualista de la comunidad de Qumrán (Hijos de la Luz vs. Hijos de las Tinieblas) y la cosmovisión de la comunidad joánica (Luz vs. Tinieblas, Verdad vs. Mentira, Espíritu de Verdad vs. Espíritu de Error) son estructuralmente equivalentes.

    En ambos casos, la humanidad se divide según fuerzas espirituales opuestas (Luz/Tinieblas; Verdad/Error), lo cual implica una antropología teológica donde el conflicto moral refleja un orden cósmico subyacente.
    Mientras en Qumrán esta estructura es ontológica y determinista (cada ser humano pertenece a un goral, “lote”), en la comunidad joánica se convierte en una oposición epistémica y moral: quien permanece “en la verdad” manifiesta su filiación divina, mientras que el que obra el error participa del kosmos de las tinieblas.

    Nuevamente, no podemos probar que el autor de 1 Juan tuviera una copia de 1QS en su "escritorio" (un tema que, como exploramos en El Enigma de Juan, sigue siendo complejo). Pero lo que sí podemos afirmar con respaldo académico es que ambos documentos surgieron de la misma matriz de pensamiento: el dualismo apocalíptico judío.

    Precisamente por esto, dicho vocabulario dualista fue desplazado y reformulado en la tradición rabínica posterior (como vimos en la Sección 6), lo que explica por qué este lenguaje resuena tan fuertemente en el Nuevo Testamento (Juan, 1 Juan) pero está notablemente ausente en el judaísmo talmúdico.

    Esta continuidad conceptual demuestra que la pneumatología de Qumrán no desapareció con la secta; fue resemantizada en dos direcciones históricas divergentes:

    1. en el cristianismo primitivo, como gramática del Espíritu (πνεῦμα) en clave soteriológica y revelatoria;

    2. en el judaísmo rabínico, como antropología de la voluntad (yetzer), centrada en la ética de la decisión y la interpretación de la Torá.

    El Nuevo Testamento, especialmente en su estrato lucano y joánico, conserva el vocabulario dualista del judaísmo apocalíptico: Espíritu de Verdad, Espíritu del Error, Luz y Tinieblas.
    El judaísmo rabínico, en cambio, reformuló este sistema en términos psicológicos no ontológicos, subordinando toda inspiración al estudio e interpretación de la Torá.

    Así, el lenguaje espiritual de Qumrán constituye una auténtica gramática subyacente de la pneumatología cristiana: el fondo simbólico que posibilitó que categorías como Espíritu de Verdad, nacer del Espíritu o andar en la Luz tuvieran coherencia semántica en el mundo del siglo I.

    Dicho con precisión metodológica: Qumrán no es la fuente literaria del Nuevo Testamento, sino su isótopo conceptual dentro del mismo sistema religioso apocalíptico del judaísmo del Segundo Templo.

    En nuestra próxima y última sección, sintetizaremos este viaje y presentaremos nuestra tabla conclusiva.

    Conclusión: ¿Un "Giro Idiomático"? Rûaḥ ha-Qodesh y la Profundidad del Término

    Estimada comunidad de Ciencia Bíblica, llegamos al final de nuestro extenso viaje de ocho partes. Para concluir nuestra investigación sobre el término Rûaḥ (רוּחַ) en Qumrán, debemos abordar una pregunta crucial que nos permite sintetizar la importancia de este concepto frente a las simplificaciones modernas.

    Debemos evitar las viejas interpretaciones ya superadas por la erudición actual, como por ejemplo que la frase "Espíritu Santo" es una mera expresión idiomática hebrea. Este argumento se basa en dos falacias metodológicas. 

    Primero, confunde la polisemia (la riqueza de un campo léxico coherente en torno al "movimiento vital") con la ambigüedad semántica (la idea de que significa cosas dispersas). 

    Segundo, comete un anacronismo al proyectar categorías psicológicas modernas sobre el texto antiguo; traducir rûaḥ como "ánimo" (p.ej., ’erekh rûaḥ, paciente) es una recontextualización moderna, pues la noción de "estado psicológico" pertenece a un marco antropológico post-cartesiano y psicologista que no existe en el pensamiento hebreo antiguo. 

    Las observaciones aquí no derivan de etimología popular, sino del estudio comparado de corpora hebreos y arameos documentados, conforme a la metodología de semántica diacrónica (cf. J. Barr, The Semantics of Biblical Language, 1961; M. Silva, Biblical Words and Their Meaning).

    Como hemos demostrado a lo largo de este artículo, y como confirma la erudición crítica, esta lectura reduccionista es insostenible. El término Rûaḥ ha-Qodesh (רוּחַ הַקֹּדֶשׁ) no es una combinación improvisada, sino un terminus technicus religioso, cuya estabilidad semántica está ya documentada en corpora distintos —el hebreo bíblico tardío, los manuscritos de Qumrán (p.ej., 1QS IV, 21; 1QH IV, 29; cf. García Martínez & Tigchelaar, ad loc.) y la literatura rabínica temprana—, lo que permite identificarlo como una unidad léxica intertextual de uso técnico dentro del hebreo religioso postexílico.

    De hecho, como ya analizamos, Qumrán es crucial aquí. Los sectarios distinguen metodológicamente entre las rûḥôt (רוּחוֹת) plurales —que representan las fuerzas morales o cósmicas del dualismo (analizadas en 1QS III,18–IV,26) y la Rûaḥ ha-Qodesh (רוּחַ הַקֹּדֶשׁ) en singular (p.ej., en 1QS IV, 21 o 1QH XV, 13-20), que sigue designando la presencia divina singular y activa de Dios en la comunidad. Este contraste interno muestra que rûḥôt pertenece al dominio de la antropología moral y la angelología simbólica, mientras que Rûaḥ ha-Qodesh se mantiene en el dominio teológico de la agencia divina única.

    La función teológica de este terminus technicus ha experimentado una reconfiguración conceptual continua dentro de un marco semántico estable, donde el núcleo de significado —la mediación del poder divino— permanece invariable aunque cambien sus categorías expresivas. Estos "estratos" no se reemplazan, sino que se reinterpretan conforme a nuevas categorías de mediación entre lo divino y lo humano:

    1. Estrato Bíblico Tardío: Rûaḥ como Agencia Divina Activa

    En los textos bíblicos tardíos donde aparece la frase (p.ej., Isaías 63:10-11 y Salmo 51:11), Rûaḥ ha-Qodesh no es una "disposición humana". Es inequívocamente la fuerza activa de YHWH en el mundo; una agencia divina que guía, santifica y, crucialmente, puede ser "entristecida" (Is 63:10), un atributo relacional de la divinidad (cf. T. Stordalen, 2014; C. Newsom, 2012).

    2. Estrato Rabínico: Rûaḥ como Categoría Teológico-Histórica (Profecía)

    Como ya analizamos en la Sección 6 de este artículo, el judaísmo rabínico tomó este concepto y lo convirtió en una categoría teológico-histórica precisa.

    • En la literatura rabínica (citando ediciones estándar como la Vilna Shas, p.ej., en b. Yoma 9b o b. Sanhedrin 11a), el Rûaḥ ha-Qodesh se identifica de manera casi unánime con el espíritu de profecía.

    • El Talmud afirma que esta Rûaḥ ha-Qodesh "cesó" (נִסְתַּלְּקָה, nistallĕqāh). La expresión "cesó" debe entenderse aquí no en sentido metafísico, sino como un marcador historiográfico interno: una categoría rabínica (cf. Leviticus Rabbah 15:2) para designar la clausura de la profecía en la cronología teológica del judaísmo postexílico.

    Esto, desde un punto de vista filológico y no doctrinal, es la antítesis de un modismo. Es una categoría teológica con un desarrollo institucional claro, que marca la transición de una era (la de la revelación profética directa) a otra (la de la interpretación rabínica de la Torá).

    3. Estrato Filosófico-Judío: Rûaḥ como Mediación Intelectual

    Finalmente, en la filosofía judía, el término fue elevado a una categoría epistemológica. No se trata de una evolución teleológica, sino de una reelaboración racional de categorías heredadas; no es sincretismo, sino una traducción conceptual intra-semita en clave filosófica.

    • Filón de Alejandría (judaísmo helenístico, s. I d.C.), como han trazado eruditos de primer nivel como Harry A. Wolfson, ya interpreta la profecía como una forma de éxtasis intelectual.

    • Esta línea, que pasa por la mediación de eruditos como Saadia Gaón (s. X d.C.) en su esfuerzo por armonizar la revelación con la filosofía, culmina en Maimónides (Rambam) (s. XII d.C.). La tradición filosófica no reemplaza la dimensión teológica del Rûaḥ ha-Qodesh, sino que la traduce al lenguaje de la epistemología aristotélico-neo-platónica (específicamente, neo-platónica en su mediación por al-Fārābī y Avicena).

    • Maimónides, en su Guía de los Perplejos (citando la Parte II, cap. 45-48, según la edición de S. Munk o Shlomo Pines), describe el Rûaḥ ha-Qodesh no como un "sentimiento", sino como la facultad intelectual más elevada de la humanidad, el "Emanado Divino" que conecta el intelecto humano con el Intelecto Agente, permitiendo la mediación de la verdad filosófica y profética.

    Por lo tanto, llamar a Rûaḥ ha-Qodesh una "mera expresión idiomática" es ignorar su función técnica como:

    1. Agencia Divina (Biblia Hebrea)

    2. Categoría Histórico-Profética (Rabinismo)

    3. Categoría Filosófico-Epistemológica (Filosofía Judía)

    Lejos de ser un simple modismo, es uno de los conceptos más densos y disputados en la historia del pensamiento occidental. Y, como hemos visto en la Sección 7, fue precisamente el vocabulario apocalíptico de Qumrán (con su rûaḥ de verdad y error) el que retomó el cristianismo primitivo, no por dependencia textual, sino por isótopo conceptual (es decir, correspondencia estructural de significado sin dependencia textual): ambos discursos emergen de la misma semántica apocalíptica de la pneumatología judía, reconfigurándolo una vez más para fundamentar su propia pneumatología.

    El análisis aquí expuesto se inscribe en la hermenéutica filológica comparada del judaísmo del Segundo Templo, y no presupone continuidad teológica, sino coherencia conceptual dentro de un mismo horizonte semántico semita. Toda conclusión aquí formulada responde a parámetros de filología comparada y crítica histórica; no pretende definir creencias, sino reconstruir el desarrollo léxico y conceptual del término rûaḥ en su diacronía documentada. El uso de categorías como ‘divino’, ‘profético’ o ‘espiritual’ es aquí analítico, no confesional.

    Síntesis Final de la Pneumatología Sectaria

    Para sintetizar visualmente las cuatro funciones principales que hemos analizado en Qumrán (en agudo contraste con el desarrollo rabínico), presentamos la siguiente tabla conclusiva.

    Síntesis Final de la Pneumatología Sectaria  Para sintetizar visualmente las cuatro funciones principales que hemos analizado en Qumrán (en agudo contraste con el desarrollo rabínico), presentamos la siguiente tabla conclusiva.  Tabla: Usos Diferenciados de Rûaḥ (Qumrán vs. Rabinismo). Explicación ofrecida por el profesor Yamid Jurado, director de la página de estudios académicos de la biblia "Ciencia Bíblica"
    Tabla: Usos Diferenciados de Rûaḥ (Qumrán vs. Rabinismo)

    Lecturas Recomendadas para Profundizar

    A lo largo de estas ocho entregas, hemos navegado aguas profundas de la filología y la teología. Para aquellos que deseen continuar esta exploración en las fuentes académicas primarias, les recomiendo sinceramente las siguientes obras de referencia universitaria:

    • Collins, John J. (2016). The Apocalyptic Imagination: An Introduction to Jewish Apocalyptic Literature. Eerdmans. La obra de referencia crucial para entender el Sitz im Leben (contexto vital) del judaísmo del Segundo Templo, el dualismo y la cosmovisión de Qumrán.

    • Newsom, Carol A. (2004). The Self as Symbolic Space: Constructing Identity and Community at Qumran. Brill. Un estudio Q1 indispensable que analiza magistralmente el Tratado de los Dos Espíritus (1QS) no como teología abstracta, sino como una herramienta sociológica para construir la identidad sectaria.

    • Fitzmyer, J. A. (2000). The Dead Sea Scrolls and Christian Origins. Eerdmans. Un clásico que traza con rigor filológico los paralelismos conceptuales (como el de 4Q521 y Lucas) entre los Rollos del Mar Muerto y el Nuevo Testamento.

    • Cohen, Shaye J.D. (2006). From the Maccabees to the Mishnah. Westminster John Knox. Una de las mejores introducciones al período, esencial para comprender la "bifurcación" histórica y teológica entre los diversos judaísmos del Segundo Templo y el eventual cristalización del judaísmo rabínico.

    Espero que estas pistas les sean de utilidad en su propio camino de estudio. Recuerden que la investigación seria es un diálogo constante con las fuentes y con otros investigadores.

    Agradezco de corazón su tiempo y su confianza al haberme acompañado a lo largo de esta extensa clase de ocho secciones. Hemos viajado desde la Rûaḥ de carácter profético de Ezequiel hasta las complejas rûḥôt de Qumrán, contrastándolas con el Yetzer rabínico y conectándolas con la matriz del Nuevo Testamento. Ha sido un ejercicio de alta erudición. Recuerden que no exploran estas complejidades en un espacio huérfano; mi compromiso como investigador es constante. Si desean saber más sobre mi proyecto general y mi trayectoria, pueden visitar la sección Quién Soy. Sus comentarios, dudas o aportes son, como siempre, el alma de esta comunidad. ¡Sigamos descubriendo juntos!


    Comentarios