Módulo 1: Fundamentos Epistemológicos y Críticos de las Ciencias Bíblicas

Introducción al Módulo 1: Cimentando el Estudio Académico

¡Bienvenido/a al inicio de nuestro viaje intelectual! Este primer módulo es crucial, ya que sentaremos las bases epistemológicas y críticas indispensables para abordar el estudio de la Biblia con el rigor y la profundidad que merece. Aquí no solo definiremos qué son las Ciencias Bíblicas, sino que también exploraremos las metodologías fundamentales, como el Método Histórico-Crítico, y comenzaremos a desentrañar la complejidad de la transmisión textual. Prepárate para desafiar preconceptos, adquirir un nuevo vocabulario y, sobre todo, para equiparte con las herramientas intelectuales que te permitirán navegar los módulos siguientes con confianza y una perspectiva académica informada. ¡Este es el cimiento de tu transformación como estudioso de las Escrituras!

(Recordatorio para los estudiantes: Para cada clase en este módulo, encontrarás un video de introducción que te guiará. Asegúrate de ver los materiales en el orden sugerido dentro de cada clase y descargar el PDF de apoyo.)

Clases del Módulo 1

Clase 1: Bienvenida y Planteamiento – El Enfoque Académico

Clase 2: La Biblia no es un Libro, es una Biblioteca Antigua y Diversa

Clase 3: El Método Histórico-Crítico (MHC) – La Base del Estudio Académico

Clase 4: De Dónde Viene el MHC – Un Poco de Historia

Clase 5: ¿Objetividad o Interpretación? – El Desafío del Lector

Clase 6: ¿Por Qué la Crítica Textual? – El Viaje de las Palabras Bíblicas

Clase 7: Testigos del Texto – Papiros, Códices, Versiones y Más

  • Conocemos los diferentes tipos de "testigos" antiguos (manuscritos, traducciones, citas) que nos han transmitido el texto bíblico y que son la base para el trabajo de la Crítica Textual.

Clase 8: Crítica Textual – Evaluando los Manuscritos (Criterios Externos)

  • Aprendemos los principios para evaluar la fiabilidad de los manuscritos basándonos en sus características externas: antigüedad, distribución geográfica y calidad textual.

Materiales de la Clase (accede en orden):

  1. Ver Video de Introducción (Clase 8)
  2. Acceder al Análisis Principal (Clase 8)
  3. Descargar PDF: Resumen Clase 8

🗺️ Herramienta de Exploración Geográfica (Exclusivo de esta Clase)

  • Para acompañar la sección de 'Distribución Geográfica' de nuestro video de desarrollo, hemos preparado este proyecto interactivo para que pueda 'viajar' por el mundo antiguo y visualizar los centros de transmisión textual que estudiamos.

  • Explorar Centros Textuales en Google Earth (Archivo KML) (Instrucción: Descargue el archivo y ábralo con Google Earth Pro en su computadora para una experiencia óptima).

Comentarios

Marco Rios ha dicho que…
¿Respecto a quien, que evento o era se denominan los Profetas Anteriores y Posteriores en el Tanak?
©Ciencia Bíblica ha dicho que…
Bienvenidos estimados compañeros. Gracias Marco por la pregunta. Vamos a abordar una de esas preguntas que, a primera vista, parecen sencillas, pero que en realidad nos abren una puerta a la estructura misma de la Biblia Hebrea y a la forma en que el antiguo Israel entendía su propia historia y revelación. La pregunta es: ¿Cuál es la diferencia entre los "Profetas Anteriores" y los "Profetas Posteriores"?

La clave para entender esto es que esta división, que encontramos en el Tanaj, la Biblia Hebrea, no se basa en una sola persona o en un evento único, sino en el período histórico que cubren y, sobre todo, en el género literario de los libros.

Comencemos con el primer grupo. En hebreo se les llama נְבִיאִים רִאשׁוֹנִים (ne-vi-ÍM ri-sho-NÍM), los Profetas Anteriores. Cuando hablamos de ellos, nos referimos a los libros de Josué, Jueces, 1 y 2 de Samuel, y 1 y 2 de Reyes. Como ven, no son los libros que usualmente asociamos con la predicación profética. Son libros históricos. Cuentan la historia de Israel desde la conquista de Canaán hasta la tragedia del exilio babilónico.

Entonces, ¿por qué se les llama "profetas"? Porque no son una simple crónica de eventos. Son una narrativa histórica contada a través de una lente profética. Es decir, interpretan la historia de Israel como el resultado directo de su relación con Dios: la fidelidad al pacto trae bendición, mientras que la infidelidad y la idolatría llevan inevitablemente al juicio y al castigo. Se considera que fueron escritos o compilados por profetas, o al menos por una escuela con una perspectiva profética. Se les llama "Anteriores" simplemente porque, en el orden del canon hebreo, preceden a los profetas de los que vamos a hablar ahora.

El segundo grupo son los נְבִיאִים אַחֲרוֹנִים (ne-vi-ÍM a-ja-ro-NÍM), los Profetas Posteriores. Aquí sí encontramos los nombres que nos son más familiares: Isaías, Jeremías y Ezequiel, a quienes llama la tradición cristiana "Profetas Mayores" por la gran extensión de sus libros. Y luego tenemos a "Los Doce", los "Profetas Menores", como Oseas, Amós, Miqueas, Zacarías, etc., llamados así por la brevedad de sus escritos, no porque fueran menos importantes.

Estos libros no son narrativas históricas. Son colecciones de oráculos, poemas, visiones y mensajes que fueron entregados por estos profetas individuales, quienes actuaron principalmente desde el siglo VIII antes de Cristo hasta el período posterior al exilio. Se les llama "Posteriores" porque vienen después en la secuencia del canon, aunque, y esto es un detalle importante, algunos de ellos, como Amós u Oseas, vivieron y profetizaron antes de que ocurrieran los eventos finales relatados en el libro de los Reyes.

Es fundamental entender que esta división es propia del canon judío, el Tanaj, que es un acrónimo de sus tres grandes secciones: Torá (la Ley), Nevi'im (los Profetas) y Ketuvim (los Escritos). La Biblia cristiana, en cambio, reorganiza estos libros, agrupándolos de manera diferente en libros históricos, poéticos y proféticos.

Ahora, si me permiten, vamos a llevar este análisis a un nivel académico más profundo, como lo haríamos en el seminario. Porque detrás de esta simple división hay conceptos fascinantes que nos ayudan a entender cómo se formó la Biblia. Por favor lea el siguiente comentario...
©Ciencia Bíblica ha dicho que…
Continuación de la respuesta: ...

Primero, la antigüedad de esta estructura. ¿Desde cuándo se piensa en la Biblia Hebrea de esta manera? Nuestro testigo más antiguo es el prólogo del libro de Ben Sira, también conocido como Eclesiástico. El nieto del autor, al traducir la obra de su abuelo al griego alrededor del año 130 antes de Cristo, escribe: "Mi abuelo... se entregó al estudio de la Ley, los Profetas y los otros Libros de nuestros antepasados". Esto es una evidencia de un valor incalculable. Nos dice que ya en el siglo II antes de la era común, un judío culto ya concebía las Escrituras en estas tres partes, con los "Profetas" como una sección bien definida.

Segundo, la "Historia Deuteronomista". Aquí entramos en una de las hipótesis más influyentes de la crítica bíblica moderna, propuesta por el gran erudito alemán Martin Noth en 1943. Noth argumentó que los Profetas Anteriores (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) no son libros independientes, sino que forman una única y monumental obra literaria, editada por una escuela de escribas que él llamó la "escuela deuteronomista".

¿Por qué? Porque todos estos libros están unidos por un mismo estilo y, sobre todo, por una misma teología, que es la del libro de Deuteronomio. Ponen un énfasis constante en temas como la necesidad de un culto centralizado en Jerusalén y, fundamentalmente, en la teología de la retribución: la obediencia al pacto trae bendición, la desobediencia trae castigo. Desde esta perspectiva, la "Historia Deuteronomista" no es una simple crónica, es una teología de la historia. Su gran objetivo es explicar la catástrofe del exilio babilónico como la consecuencia inevitable de la infidelidad de Israel a la Torá. Esto explica de manera brillante por qué estos libros históricos son considerados "Profetas": su función no es solo contar la historia, sino interpretarla proféticamente.

Finalmente, la recepción en la tradición rabínica. Cuando los rabinos discutieron la formación del canon, como leemos en el Talmud (en tratados como Bava Batra), no incluyeron todos los escritos que se atribuían a profetas. Hicieron una distinción crucial entre lo que ellos llamaban נְבוּאָה שֶׁנִּצְרְכָה לְדוֹרוֹת (nevu'á she-nitz-re-JÁ le-do-RÓT), es decir, "una profecía necesaria para las generaciones futuras", que fue la que se canonizó, y otras profecías que consideraron temporales o privadas y que no se conservaron.

Además, en la liturgia de la sinagoga, los Nevi'im adquirieron un rol fundamental como la haftará, la lectura profética que sigue a la lectura de la Torá cada Shabat. Esto refuerza la idea de que su estatus como "Profetas" no depende solo de la identidad del autor, sino de la función de sus escritos: corregir, interpretar y llamar al pueblo de vuelta a la fidelidad al pacto establecido en la Torá.

Muchas gracias por sus preguntas; espero que estén disfrutando cada clase de nuestro curso Introducción a las Ciencias Bíblicas. Saludos.