El 'Primogénito' de Colosenses: ¿Creador o Criatura? Misterios del Texto Griego
Estimada y apreciada comunidad de 'Ciencia Bíblica', y todos aquellos nuevos lectores que se suman a esta aventura del conocimiento riguroso:
Con gran entusiasmo, y atendiendo a las inquietudes y preguntas profundas que ustedes mismos nos hacen llegar, abordamos hoy uno de los pasajes más fascinantes y, a la vez, más debatidos de todo el Nuevo Testamento. Un texto que, dependiendo de cómo se interprete una sola palabra griega crucial, puede llevarnos a conclusiones radicalmente diferentes sobre la naturaleza y el rol de Jesucristo en la teología cristiana primitiva. Nos referimos, por supuesto, a Colosenses capítulo 1, versículo 15, y la descripción de Cristo como el "Primogénito (πρωτότοκος - prōtótokos) de toda creación".
A primera vista, para muchos lectores, esta frase podría parecer sencilla, quizás incluso indicar que Jesús fue el primer ser creado por Dios. Esta interpretación, como podrán imaginar, ha sido fuente de innumerables discusiones teológicas a lo largo de la historia. Pero, ¿es realmente eso lo que el autor de Colosenses quiso comunicar a su audiencia del siglo I? ¿Es esa la lectura que se sostiene cuando aplicamos la lupa de la alta crítica académica al texto griego original, a su contexto literario y a su trasfondo en las Escrituras Hebreas leídas a través de la Septuaginta?
En 'Ciencia Bíblica', nuestro compromiso inquebrantable con ustedes, nuestra comunidad, es precisamente desentrañar estas complejidades con el máximo rigor filológico, histórico y exegético, de forma objetiva y aconfesional. Este artículo es un testimonio de ese compromiso. Les invito a un viaje intelectual que, estoy convencido, transformará su comprensión no solo de este pasaje, sino de cómo la academia aborda los textos sagrados. Nos sumergiremos en el significado preciso de prōtótokos, analizaremos el himno cristológico de Colosenses "palabrita por palabrita" como lo exige la erudición, y veremos cómo el autor, escribiendo en griego y pensando con la Septuaginta, construye una de las afirmaciones más sublimes sobre la preeminencia cósmica de Cristo.
Prepárense para un análisis que busca no respuestas simplistas, sino la claridad matizada que solo el estudio serio y la confrontación honesta con las fuentes pueden ofrecer. ¿Están listos para que su perspectiva sea desafiada y enriquecida? Comencemos este apasionante estudio.
Índice del Artículo
El Dilema de Colosenses 1:15: ¿Un Jesús "Primer Creado" o Algo Mucho Más Profundo?
Nos adentramos ahora en el corazón de nuestro análisis: Colosenses, capítulo 1, versículo 15. Este versículo inicia uno de los himnos cristológicos más exaltados y teológicamente densos de todo el Nuevo Testamento. Afirma sobre Cristo:
"Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación."
La palabra griega clave aquí, que ha generado siglos de debate y que es fundamental para nuestra comprensión, es πρωτότοκος (prōtótokos), traducida comúnmente como "primogénito".
![]() |
Colosenses 1:15-16 según la edición crítica Nestle-Aland 28 (NA28). El término πρωτότοκος (prōtótokos) en el v. 15 es el foco de nuestro análisis inicial. |
A primera vista, para muchos lectores contemporáneos, la palabra "primogénito" parece implicar sencillamente ser el "primer nacido" o, por extensión en este contexto, el "primer ser creado" dentro de la totalidad de la creación. Si esta fuera la única o la principal connotación de prōtótokos aquí, las implicaciones teológicas serían enormes y, de hecho, bastante problemáticas para la cristología que el propio himno desarrolla en los versículos inmediatamente posteriores. ¿Cómo podría Cristo ser el primer ser creado y, al mismo tiempo, Aquel en quien, por medio de quien y para quien todas las cosas fueron creadas (Col 1:16)? ¿Cómo podría ser preexistente a "todas las cosas" (Col 1:17) si él mismo es parte de esas "todas las cosas" creadas?
Este es el dilema inicial que nos plantea el texto. ¿Se contradice el autor? ¿O es que el término prōtótokos encierra un significado más profundo y matizado en su contexto bíblico y cultural del siglo I, un significado que va más allá de la simple secuencia temporal de nacimiento o creación? Para responder a esto, la academia histórico-crítica nos invita a no quedarnos con la primera impresión, sino a sumergirnos en el uso de esta palabra en el mundo del autor.
En la siguiente sección, exploraremos precisamente eso: qué significaba ser "primogénito" en el lenguaje y la cosmovisión de la Biblia Hebrea (leída en su traducción griega, la Septuaginta) y en el judaísmo del siglo I, para así iluminar el sentido que el autor de Colosenses probablemente quiso comunicar. Prepárense, porque lo que descubriremos es fascinante.
"Primogénito" en su Mundo Antiguo: ¿Qué Significaba para los Primeros Lectores?
Para resolver el dilema que nos plantea Colosenses 1:15 –si la designación de Cristo como "Primogénito (πρωτότοκος - prōtótokos) de toda creación" implica que fue el primer ser creado–, es indispensable ir más allá de una lectura superficial. Debemos sumergirnos, con rigor académico, en el universo semántico y cultural de esta palabra en el siglo I.
El significado literal básico de prōtótokos es, ciertamente, "primer nacido". Pero en el lenguaje bíblico y en el pensamiento judío y helenístico de la época, el concepto de "primogénito" estaba cargado de connotaciones de estatus, preeminencia, soberanía y derechos especiales que trascendían la mera cronología.
1. El Testimonio Crucial de la Septuaginta (LXX): La Septuaginta, la traducción griega de las Escrituras Hebreas y la "Biblia" principal de los autores del Nuevo Testamento, nos ofrece ejemplos claros:
- Israel como "Primogénito" de Dios: En Éxodo 4:22, Dios llama a Israel "mi hijo primogénito (πρωτότοκος - prōtótokos)". Esto no significa que Israel fuera la primera nación creada, sino que ostentaba un rango de elección y un estatus único ante Dios.
- El Rey Davídico como "Primogénito": En el Salmo 89:27 (88:28 LXX), Dios declara sobre el rey davídico (figura mesiánica): "Yo también le pondré por primogénito (πρωτότοκον - prōtótokon), el más excelso de los reyes de la tierra." Claramente, aquí "primogénito" es un título de soberanía y dignidad suprema, no de orden de nacimiento.
2. La Perspectiva de la Erudición Académica Moderna: Los especialistas en Nuevo Testamento y lengua griega confirman esta comprensión:
- Léxicos de Referencia: Obras fundamentales como el Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento de Bauer-Danker-Arndt-Gingrich (BDAG), una autoridad mundial, explican que prōtótokos en Colosenses 1:15 (y contextos similares como Hebreos 1:6) se refiere a la posición de Cristo como supremo sobre la creación, su preeminencia y su rol como mediador, no a ser una criatura.
- Gramáticos y Comentaristas: Eruditos como Daniel B. Wallace (Greek Grammar Beyond the Basics), o comentaristas de Colosenses de la talla de Peter T. O'Brien (NIGTC), James D.G. Dunn (NICNT/NIGTC), y Douglas J. Moo (PNTC), dedican análisis detallados para demostrar que, en este contexto, el término enfatiza la soberanía y el rango de Cristo en relación con la creación, y que la idea de "primer ser creado" contradiría el resto del himno (especialmente vv. 16-17).
3. La Interpretación Judía de la Época (Judaísmo Helenístico): Para entender cómo un judío helenizado del siglo I podría entender prōtótokos, es crucial mirar a autores como:
- Filón de Alejandría: Este importante filósofo judío, contemporáneo de Pablo, usa un lenguaje muy revelador. Describe al Logos (Λόγος - la Palabra/Razón divina) como el "primogénito de Dios" (πρωτόγονον Υἱόν - prōtógonon Hyión - un término muy cercano y conceptualmente equivalente a prōtótokos) y como la "imagen de Dios". Para Filón, este Logos primogénito no es un ser creado en el tiempo, sino la manifestación eterna de Dios, su instrumento en la creación y el mediador entre Dios y el mundo. (Ver, por ejemplo, sus obras De Agricultura 51 o De Confusione Linguarum 146). Esta es una evidencia muy fuerte de que la idea de un "primogénito" divino asociado a la creación ya existía en el pensamiento judío helenístico con un sentido de preeminencia y mediación, no de ser la primera criatura.
- La Tradición del Bekhor (בְּכוֹר): Si bien no es una aplicación directa de prōtótokos a una figura divina, la importancia legal y simbólica del primogénito humano (bekhór) en la ley y cultura judías (Deuteronomio 21:15-17 – derecho a doble porción, liderazgo) reforzaba la idea de que la "primogenitura" conllevaba un estatus superior, derechos especiales y una posición de honor y autoridad.
4. Paralelos Conceptuales en el Mundo Greco-Romano (Aunque con Cautela): Si bien prōtótokos tiene sus raíces más fuertes en el pensamiento bíblico-judío, la idea de que ciertos títulos que indican "primacía" o "primero en rango" (como el título imperial romano de Princeps, "primer ciudadano", que implicaba autoridad suprema) denotan estatus y poder en lugar de una mera secuencia temporal era un concepto comprensible en el ambiente cultural más amplio.
Por lo tanto, cuando el autor de Colosenses llama a Cristo "Primogénito (prōtótokos) de toda creación", un lector del siglo I familiarizado con la Septuaginta y el pensamiento judío helenístico (como el de Filón) no habría entendido necesariamente que Cristo era el "primer ser creado". Al contrario, el título evocaba con mucha más fuerza las ideas de soberanía absoluta, preeminencia sobre todo lo creado, y un rol único como mediador e imagen de Dios. Es con esta rica carga semántica de prōtótokos en mente que debemos entonces analizar los versículos siguientes del himno, que describen el papel de Cristo en la creación misma.
El Contexto Inmediato lo Aclara Todo: ¡Colosenses 1:16-17 y Cristo como Agente Creador!
Si el análisis filológico y contextual de πρωτότοκος (prōtótokos) nos sugiere fuertemente un significado de soberanía y preeminencia, ¿Cómo confirma o desafía esto el contexto inmediato del himno en Colosenses? Los versículos 16 y 17 son absolutamente decisivos y es aquí donde la erudición académica encuentra la clave interpretativa que descarta la idea de Cristo como un "primer ser creado". Leamos con atención el texto griego, tal como lo establece la edición crítica Nestle-Aland 28 (NA28):
V. 16: ὅτι ἐν αὐτῷ ἐκτίσθη τὰ πάντα ἐν τοῖς οὐρανοῖς καὶ ἐπὶ τῆς γῆς, τὰ ὁρατὰ καὶ τὰ ἀόρατα, εἴτε θρόνοι εἴτε κυριότητες εἴτε ἀρχαὶ εἴτε ἐξουσίαι· τὰ πάντα δι’ αὐτοῦ καὶ εἰς αὐτὸn ἔκτισται. (pron.: hóti en autōî ektísthē tà pánta ... tà pánta di’ autoû kaì eis autón éktistai.) "Porque EN ÉL fueron creadas todas las cosas... todo fue creado POR MEDIO DE ÉL y PARA ÉL."
V. 17: καὶ αὐτός ἐστιν πρὸ πάντων καὶ τὰ πάντα ἐν αὐτῷ συνέστηκεν. (pron.: kaì autós estin prò pántōn kaì tà pánta en autōî synéstēken.) "Y él es ANTES de todas las cosas, y todas las cosas EN ÉL subsisten/se mantienen unidas."
El análisis filológico y exegético de estas afirmaciones, respaldado de forma abrumadora por léxicos de referencia como el BDAG (Bauer-Danker-Arndt-Gingrich), gramáticas normativas como la de Daniel B. Wallace (Greek Grammar Beyond the Basics), y el consenso de los comentarios críticos más importantes sobre Colosenses (como los de James D.G. Dunn (NIGTC), Peter T. O'Brien (WBC), Douglas J. Moo (PNTC), o el clásico de J.B. Lightfoot), revela lo siguiente:
-
Cristo: Esfera, Agente y Fin de la Creación (v. 16):
- La triple formulación preposicional es de una fuerza inmensa:
- ἐν αὐτῷ (en autōî - EN ÉL): Cristo es presentado como la esfera o el ámbito personal dentro del cual la creación entera tuvo su origen. Algunos gramáticos incluso ven aquí un posible "dativo de agente" o "instrumental", significando que la creación fue efectuada por Él.
- δι’ αὐτοῦ (di’ autoû - POR MEDIO DE ÉL): Lo designa inequívocamente como el agente mediador a través del cual Dios Padre llevó a cabo la obra creadora.
- εἰς αὐτόν (eis autón - PARA ÉL): Afirma que toda la creación tiene a Cristo como su meta, su propósito final, su télos.
- Esta concepción de una figura divina o un principio mediador en la creación tiene raíces profundas en la tradición sapiencial y del Logos del judaísmo del Segundo Templo. La Sabiduría (Σοφία - Sophía / חָכְמָה - Jokhmá) es personificada en Proverbios 8:22-31 y Sabiduría 7-9 como preexistente y activa junto a Dios en la creación. De forma aún más desarrollada, el filósofo judeo-helenístico Filón de Alejandría (contemporáneo a la era apostólica) elabora extensamente sobre el Logos (Λόγος - Palabra/Razón divina) como el instrumento de Dios para crear y ordenar el cosmos. El Evangelio de Juan (1:3), dentro ya del desarrollo cristiano y en un lenguaje muy similar, afirma del Logos (identificado con Jesús): "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho."
- (Respecto a la idea que me han mencionado en mi cuenta de TikTok sobre si estas tradiciones sapienciales podrían tener raíces últimas en antiguos cultos a deidades femeninas como Asherah, esa es una hipótesis académica mucho más específica y compleja, que implicaría un análisis de la historia de las religiones del ANE que se aleja de nuestro foco exegético inmediato en Colosenses, aunque la investigación sobre los orígenes de la personificación de la Sabiduría es un campo fascinante en sí mismo).
-
Supremacía sobre Todos los Poderes Creados (v. 16b):
- La enumeración "tronos, dominios, principados, potestades" (θρόνοι, κυριότητες, ἀρχαί, ἐξουσίai) es crucial. Estos términos se refieren a jerarquías de poderes espirituales o angelicales que, según la investigación académica (ver comentarios como los de Lightfoot, Dunn, O'Brien), parecen haber sido objeto de una veneración excesiva o una especulación filosófica problemática en Colosas. Esta "filosofía colosense" (Col 2:8) probablemente relativizaba la posición de Cristo al proponer otros seres intermediarios o requisitos para la plenitud espiritual.
- El himno combate esto radicalmente: Cristo no es uno de estos poderes; Él los CREÓ a todos. Por lo tanto, es infinitamente superior a ellos y el único mediador necesario.
-
Preexistencia Absoluta y Sustento Cósmico (v. 17):
- πρὸ πάντων (prò pántōn - ANTES de todas las cosas): Afirma de manera inequívoca Su preexistencia no solo en tiempo sino en rango con respecto a "todas las cosas" (τὰ πάντα - tà pánta, el universo creado). Si Él es antes de todo lo creado, no puede ser parte de ello como una criatura más.
- τὰ πάντα ἐν αὐτῷ συνέστηκεν (tà pánta en autōî synéstēken - TODAS LAS COSAS EN ÉL SUBSISTEN/SE MANTIENEN UNIDAS): El verbo συνίστημι (synístēmi) en perfecto (que indica un estado resultante y continuo) significa que Cristo no solo fue agente de la creación, sino que es el principio activo y permanente de cohesión y sustento del universo. Él le da orden y lo preserva de la desintegración.
Si el texto de Colosenses 1:16-17 describe a Cristo con estas funciones cósmicas tan absolutas –ser la esfera, el agente y el fin de toda la creación, incluyendo todos los poderes espirituales; ser preexistente a todo; y ser el sustentador activo del universo– entonces es lógica y contextualmente imposible que el término πρωτότοκος (prōtótokos) en el versículo 15 signifique que Él es el "primer ser creado" de esa misma creación. Tal lectura crearía una contradicción interna insalvable en el propio himno.
Por el contrario, el análisis de los versículos 16 y 17 confirma y exige que prōtótokos πάσης κτίσεως ("Primogénito de toda creación") se entienda en su sentido de Soberano Supremo sobre toda la creación, Aquel que posee el rango, la preeminencia y los derechos del primogénito en relación con el cosmos entero, precisamente porque este le debe su origen, su existencia y su cohesión. Es una afirmación radical de Su posición única y trascendente respecto a todo lo creado.
Un Autor que Escribe en Griego y Piensa con la Septuaginta (LXX)
Ahora bien, para hacer este tema tan profundo quizás un poco más accesible, demos un pequeño respiro y recapitulemos. En las secciones anteriores, al analizar el himno de Colosenses y la palabra πρωτότοκος (prōtótokos), es muy posible que hayan encontrado términos griegos como 'en autōî', 'di’ autoû', 'eis autón' o 'synéstēken', y conceptos que pueden sonar muy especializados o incluso un poco abstractos. Ustedes comprenderán, estoy seguro, que abordar la cristología de Colosenses con la seriedad y el rigor académico que merece nos exige esta precisión. Simplificar en exceso estos puntos nos haría perder matices cruciales, y mi compromiso con ustedes, la comunidad de 'Ciencia Bíblica' que ha apoyado tan generosamente este proyecto, es presentarles siempre el análisis más completo y fundamentado posible, sin ocultar la complejidad pero esforzándome por hacerla comprensible. Dicho esto, aunque la sección que sigue no es menos importante para nuestra argumentación, voy a tratar de esbozarla de la manera más clara y directa que nos permita la materia.
Para seguir entendiendo por qué el autor de Colosenses utiliza 'Primogénito' (prōtótokos) con ese sentido tan potente de soberanía cósmica, es absolutamente vital que consideremos dos aspectos fundamentales del autor mismo y de su 'caja de herramientas' intelectual y escriturística: el idioma en que escribe y la 'Biblia' que principalmente consulta.
Primero, sobre la autoría de la Carta a los Colosenses: como hemos explorado en detalle en nuestro artículo sobre 'La Autoridad de Pablo en el Cristianismo Primitivo: Teología, Pseudoepigrafía y su Legado', existe un debate académico sobre si fue escrita directamente por el apóstol Pablo o por un discípulo muy cercano de su escuela teológica. Para nuestro análisis actual de prōtótokos, lo crucial no es tanto resolver esa cuestión aquí, sino reconocer que estamos ante un autor profundamente inmerso en el pensamiento paulino y que se dirige a una comunidad en el mundo helenístico.
Segundo, y esto es un hecho incontrovertible, esta carta fue redactada en griego koiné (κοινή διάλεκτος), la lengua franca del Mediterráneo oriental en el siglo I. El autor no está pensando ni escribiendo primariamente en hebreo o arameo para esta composición; su vehículo de comunicación es el griego.
Tercero, y este es el punto que quiero destacar con énfasis académico: Cuando el autor de Colosenses (o cualquier autor del Nuevo Testamento) cita o alude a las 'Escrituras' (nuestro Antiguo Testamento) para fundamentar sus argumentos sobre Cristo, ¿a qué texto se refiere? No debemos pensar automáticamente en el Texto Masorético hebreo que hoy es estándar en las Biblias judías. La 'Biblia de trabajo' principal para los autores del Nuevo Testamento, la versión de las Escrituras Hebreas que ellos y sus primeras audiencias (especialmente las de habla griega) conocían y citaban con más frecuencia, era la Septuaginta (LXX). Como detallamos en nuestro artículo 'La Septuaginta: Historia, Formación y Su Impacto en el Cristianismo y el Judaísmo', esta fue la traducción griega de las Escrituras Hebreas realizada en Alejandría desde el siglo III a.C.
¿Por qué es esto tan relevante para prōtótokos? Porque la Septuaginta, al traducir del hebreo al griego, ya había realizado un trabajo interpretativo y había dotado a ciertas palabras hebreas de matices específicos en su versión griega. Como vimos en la sección anterior, la Septuaginta utiliza prōtótokos en pasajes clave (como Éxodo 4:22 para Israel, o Salmo 89:27 para el Rey Davídico) no solo para indicar 'primer nacido', sino para subrayar un estatus de elección, preeminencia y soberanía. Esta era la 'biblioteca mental' léxica y conceptual con la que operaba el autor de Colosenses al hablar de Cristo como prōtótokos. Su comprensión del término estaba moldeada por cómo la Septuaginta ya lo había usado para figuras de especial dignidad y rango.
En conclusión, para este segmento: Entender que el autor de Colosenses es un pensador que se expresa en griego koiné y cuya principal fuente escriturística para el 'Antiguo Testamento' es la Septuaginta (LXX), es un pilar fundamental para interpretar correctamente su altísima cristología y el uso que hace de términos tan cargados de significado como 'Primogénito'. Esto nos aleja de imponerle al texto sentidos que provendrían de un anacronismo o de desconocer su mundo escriturístico."
Conectando los Puntos: "Primogénito" como Soberano y Señor de la Creación en Colosenses
Habiendo explorado el rico trasfondo de πρωτότοκος (prōtótokos) en la Septuaginta (LXX) –donde frecuentemente denota rango, preeminencia y soberanía– y reconociendo que el autor de Colosenses se movía fluidamente en este universo conceptual greco-judío, estamos ahora en una posición privilegiada para conectar estos puntos cruciales con el análisis detallado que hicimos de Colosenses 1, versículos 16 y 17. Estos dos versículos, recordemos, son la clave contextual inmediata que ilumina y define el significado preciso de "Primogénito de toda creación" en el versículo 15.
Recapitulando brevemente la fuerza de esos versículos: Colosenses 1:16-17 afirma de manera inequívoca que EN Cristo fueron creadas TODAS las cosas (τὰ πάντα - tà pánta), que todo fue creado POR MEDIO DE ÉL y PARA ÉL, que Él ES ANTES de todas las cosas y que EN ÉL todo el universo subsiste y se mantiene unido (συνέστηκεν - synéstēken).
Cuando unimos esta descripción del rol cósmico absoluto de Cristo –como esfera, agente, fin, preexistente sustentador de la creación entera– con el entendimiento de prōtótokos como un título de estatus supremo y soberanía (tal como lo atestigua la Septuaginta para figuras como Israel o el Rey Davídico), la conclusión interpretativa se vuelve académicamente ineludible y contundente.
Esta interpretación de prōtótokos en Colosenses 1:15 como designación de soberanía es, de hecho, la que sostiene la gran mayoría de la exégesis histórico-crítica moderna y los especialistas en filología neotestamentaria. Eruditos de talla internacional, cuyas obras son referencia en universidades de todo el mundo, como F.F. Bruce (en sus comentarios y estudios sobre Pablo), N.T. Wright (en sus influyentes trabajos sobre la cristología del Nuevo Testamento, por ejemplo, The Climax of the Covenant o Paul and the Faithfulness of God), James D.G. Dunn (especialmente en su monumental Christology in the Making y su comentario a Colosenses en la serie NIGTC), y Peter T. O'Brien (en su exhaustivo comentario al texto griego de Colosenses en la serie WBC), argumentan consistentemente que prōtótokos aquí debe entenderse no en un sentido meramente temporal ("primer ser creado"), sino como indicativo de la posición suprema, el rango y el señorío de Cristo sobre toda la creación, precisamente en virtud de Su rol fundamental en el origen y sustento de la misma. El léxico de referencia BDAG (Bauer-Danker-Arndt-Gingrich) también reconoce esta acepción de preeminencia para prōtótokos en este contexto.
Este tipo de cristología, que atribuye a Cristo un rol cósmico tan fundamental y una preexistencia soberana sobre todo lo creado, es lo que técnicamente se conoce en los estudios teológicos como Cristología Cósmica. El himno de Colosenses 1:15-20 es uno de sus ejemplos más tempranos y sublimes. Cristo no es presentado como una mera parte de la creación, por muy exaltada que esta fuese, sino que la trasciende y ejerce señorío sobre ella. Se le concibe como el Mediador de la Creación, una función que, como ya hemos insinuado, tiene profundas resonancias con la manera en que el judaísmo helenístico contemporáneo hablaba de la Sabiduría (Σοφία - Sophía) o del Logos (Λόγος) divinos como agentes en la obra creadora de Dios.
Por lo tanto, al "conectar los puntos" –el significado de prōtótokos como preeminencia en su contexto bíblico y judío-helenístico, y el rol que se le atribuye a Cristo como agente, fin y sustentador de toda la creación en Colosenses 1:16-17– la conclusión académica rigurosa es que la frase "Primogénito de toda creación" afirma de manera inequívoca la soberanía, el señorío único y la preeminencia absoluta de Cristo sobre el universo entero. No es una declaración sobre su origen como la primera criatura, sino sobre su rango y función supremos en el plan divino para todo lo creado.
Entender este punto crucial nos abre la puerta para analizar con aún mayor profundidad otras afirmaciones cristológicas extraordinarias que encontramos en esta misma carta, como la de la "plenitud de la Deidad" habitando corporalmente en Él.
La "Plenitud de la Deidad" (Col 1:19 y 2:9): ¿Cómo se Relaciona con ser "Primogénito Soberano"?
Habiendo establecido la soberanía cósmica de Cristo como el πρωτότοκος (prōtótokos) en virtud de su rol como agente y fin de la creación, el autor de Colosenses profundiza aún más en la naturaleza de Aquel en quien "fueron creadas todas las cosas". Las afirmaciones que encontramos en Colosenses 1:19 y, de manera culminante, en 2:9, son de una densidad cristológica extraordinaria y han sido, precisamente por su contundencia, objeto de intenso debate y, a veces, de intentos de reinterpretación por parte de quienes no aceptan una alta divinidad de Jesús. Es aquí donde la filología y la exégesis académica rigurosa deben hablar con claridad.
Primero, Colosenses 1:19 nos dice: "Porque en él [Cristo] agradó [al Padre] que habitase toda la plenitud." (ὅτι ἐν αὐτῷ εὐδόκησεν πᾶν τὸ πλήρωμα κατοικῆσαι - hóti en autōî eudókēsen pân tò plḗrōma katoikêsai). El término πλήρωμα (plḗrōma) es crucial. Aunque puede tener varios matices, en el contexto paulino y especialmente en Colosenses (donde aparece repetidamente), se refiere a la totalidad de los poderes y atributos divinos, la suma completa de la presencia y la riqueza de Dios. Comentaristas de la talla de J.B. Lightfoot (en su clásico comentario a Colosenses) o Peter T. O'Brien (WBC) han demostrado cómo este término probablemente se usa aquí polémicamente contra las enseñanzas que circulaban en Colosas, las cuales quizás proponían una "plenitud" divina fragmentada o distribuida entre múltiples seres o poderes intermediarios. Frente a ello, se afirma que toda esa plenitud divina encontró su morada, por beneplácito de Dios Padre (εὐδόκησεν - eudókēsen), en Cristo.
Pero la afirmación más explícita y ontológicamente cargada la encontramos en Colosenses 2:9: "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad." El texto griego es inequívoco: ὅτι ἐν αὐτῷ κατοικεῖ πᾶν τὸ πλήρωμα τῆς θεότητος σωματικῶς (hóti en autōî katoikeî pân tò plḗrōma tês theótētos sōmatikō̂s). Analicemos este versículo "palabrita por palabrita" con la erudición que merece:
- πᾶν τὸ πλήρωμα (pân tò plḗrōma): De nuevo, "toda la plenitud", la totalidad sin reservas.
- τῆς θεότητος (tês theótētos): Esta es la palabra determinante. Es el genitivo de θεότης (theótēs). Desde la filología griega, es crucial distinguir este término de otro parecido, θειότης (theiótēs), que encontramos en Romanos 1:20 ("su eterno poder y deidad/divinidad"). Mientras theiótēs puede referirse a la cualidad de ser divino o a los atributos divinos manifestados, θεότης (theótēs), como lo confirman los léxicos académicos de referencia (por ejemplo, BDAG (Bauer-Danker-Arndt-Gingrich), LSJ (Liddell-Scott-Jones)) y la gran mayoría de los estudios filológicos, se refiere a la esencia misma del ser divino, la naturaleza de Dios, la 'Deidad' o 'Divinidad' en su ser fundamental y ontológico. Es el término más fuerte y abstracto para designar el "ser Dios".
- σωματικῶς (sōmatikō̂s): Adverbio que significa "corporalmente". Enfatiza que esta plenitud de la esencia divina no reside en Cristo de forma meramente simbólica, influencial o etérea, sino en su realidad corporal y tangible (sea en referencia a su encarnación o, más probablemente aquí, a su cuerpo glorificado como Señor cósmico). Esto tenía una fuerte carga polémica contra posibles tendencias docetistas o gnósticas que negaran la realidad de la carne de Cristo o la unión de lo divino con lo corporal.
- κατοικεῖ (katoikeî): Verbo en presente de indicativo activo ("habita", "reside"), que indica una morada permanente, estable y continua.
Para apreciar la fuerza polémica de estas afirmaciones, debemos recordar brevemente el probable contexto de las enseñanzas que circulaban en Colosas (la "filosofía colosense" de Col 2:8). Aunque los detalles son debatidos por los especialistas (ver trabajos de Eduard Schweizer, James Dunn, o Clinton E. Arnold sobre el trasfondo de Colosenses), parece que se trataba de un sincretismo que mezclaba elementos del judaísmo (observancias rituales, quizás culto a ángeles) con prácticas ascéticas y especulaciones filosóficas sobre "poderes cósmicos" o "elementos del mundo" (στοιχεῖα τοῦ κόσμου - stoijeîa tu kósmu). Estas enseñanzas, al parecer, relativizaban la posición y la suficiencia de Cristo, quizás viéndolo solo como uno entre varios mediadores o requiriendo prácticas adicionales para alcanzar la "plenitud" espiritual.
Frente a esto, el autor de Colosenses responde con una cristología de la plenitud: ¡No! En Cristo, y solo en Cristo, reside de forma corporal y permanente TODA la plenitud de la ESENCIA DIVINA. Por lo tanto, Él es absolutamente suficiente, superior a todo poder creado, y el único mediador. Cualquier intento de "torcer la semántica" de plērōma para reducirlo a una mera "influencia" o de theotēs para significar solo un "carácter divino" genérico, choca con el peso léxico de estos términos, el contexto polémico y la argumentación del autor. La construcción plērōma tês theotētos es un genitivo de contenido o epexegético: la plenitud que consiste en la Deidad misma, o la plenitud de la Deidad.
Esta morada de la "plenitud de la Deidad" en Cristo es, entonces, el fundamento ontológico (relativo al ser mismo) de su rol como Primogénito (prōtótokos) Soberano sobre toda la creación (Col 1:15) y como Primogénito de entre los muertos (Col 1:18), cabeza de la nueva creación y de la Iglesia. Su soberanía no es meramente funcional o delegada, sino que se arraiga en quién es Él en Su relación intrínseca con el ser mismo de Dios.
Así, Colosenses nos presenta una de las afirmaciones cristológicas más altas del Nuevo Testamento. Aunque no utilice el lenguaje técnico de los concilios de Nicea o Calcedonia (que son formulaciones posteriores del siglo IV y V), este pasaje es, sin duda, un testimonio fundamental del desarrollo temprano de la fe en la divinidad de Cristo dentro de las primeras comunidades cristianas, un pilar sobre el cual se construiría la reflexión teológica posterior. Entenderlo requiere este "baile" entre la filología precisa, el contexto histórico y la estructura argumentativa de la carta.
Más Allá de Debates Posteriores: La Alta Cristología Original de Colosenses
Nuestro recorrido filológico y exegético por Colosenses 1:15-20, con especial atención a términos como πρωτότοκος (prōtótokos) y la afirmación de que en Cristo habita corporalmente "toda la plenitud de la Deidad (πᾶν τὸ πλήρωμα τῆς θεότητος - pân tò plḗrōma tês theótētos)", nos revela, sin lugar a dudas, una cristología de una altura y una profundidad asombrosas. Es fundamental situar esta comprensión en su contexto original para apreciar su verdadero alcance.
Estamos ante un texto que, ya en el siglo I d.C. (sea de la pluma directa de Pablo o de un discípulo eminente de su escuela), atribuye a Jesucristo un rol cósmico en la creación y el sustento del universo, una preexistencia sobre todo lo creado, una soberanía absoluta sobre todos los poderes visibles e invisibles, y la morada de la esencia misma de la divinidad. Estas no son afirmaciones menores; son declaraciones que llevan al límite el lenguaje humano para expresar la singularidad y la preeminencia de Cristo.
Es innegable que estos pasajes de Colosenses (junto con otros textos neotestamentarios de alta cristología como el prólogo de Juan, Filipenses 2:6-11 o la carta a los Hebreos) se convirtieron en pilares fundamentales y textos de referencia para la reflexión teológica cristiana de los siglos posteriores. Fueron la materia prima escriturística que alimentó los intensos debates y las formulaciones doctrinales de los grandes Concilios Ecuménicos, como el de Nicea (325 d.C.) –que definió la consustancialidad (homooúsios - ὁμοούσιος) del Hijo con el Padre– o el de Calcedonia (451 d.C.) –que articuló la doctrina de las dos naturalezas de Cristo–.
Sin embargo, y aquí es donde la precisión histórico-crítica que defendemos en 'Ciencia Bíblica' es crucial, debemos distinguir cuidadosamente entre las afirmaciones del texto de Colosenses en su contexto del siglo I y las definiciones dogmáticas posteriores.
- El autor de Colosenses utiliza el lenguaje y las categorías conceptuales disponibles en su mundo judío y helenístico (conceptos de Sabiduría, Logos, Plenitud) para expresar la grandeza de Cristo.
- Los Padres Conciliares de los siglos IV y V, enfrentados a nuevas controversias y utilizando herramientas de la filosofía griega más desarrollada (especialmente el platonismo y el aristotelismo), buscaron definir estas verdades con una precisión ontológica y una terminología técnica (como ousía, hypóstasis, physis) que van más allá del lenguaje y las preocupaciones inmediatas del autor de Colosenses.
- Por lo tanto, el análisis académico riguroso de Colosenses no busca 'encontrar' el Credo de Nicea palabra por palabra en el siglo I, ni tampoco 'derrumbar' doctrinas posteriores con una lectura simplista de un solo término. Lo que buscamos es entender qué afirmó el autor de Colosenses en su tiempo y con sus herramientas conceptuales.
Afirmar la altísima cristología ya presente en Colosenses no es un anacronismo, sino el resultado de una exégesis atenta al texto griego. Reconocer que esta cristología fue luego la base para desarrollos doctrinales posteriores, que usaron un lenguaje filosófico más técnico, es simplemente reconocer la historia de la teología cristiana. El Nuevo Testamento provee los fundamentos y las trayectorias, pero las formulaciones dogmáticas sistemáticas son el fruto de una larga y compleja recepción e interpretación de esos textos en diálogo con nuevos desafíos culturales y filosóficos.
La "alta cristología original" de Colosenses es, entonces, un testimonio poderoso de cómo los primeros seguidores de Jesús, reflexionando sobre su vida, muerte, resurrección y el impacto de su Espíritu, llegaron a articular su significado cósmico y su relación única con Dios en los términos más elevados que su lenguaje y cultura les permitían.
Lecturas Académicas Recomendadas para Profundizar
El análisis de un texto tan rico y teológicamente denso como el himno de Colosenses 1:15-20, y en particular el término πρωτότοκος (prōtótokos), abre innumerables avenidas para la investigación y el estudio continuo. Si este examen detallado ha despertado su interés y desea explorar con mayor profundidad la cristología neotestamentaria, el contexto específico de la Carta a los Colosenses, las complejidades del griego koiné y el trasfondo judío helenístico, le recomiendo encarecidamente consultar las siguientes fuentes académicas especializadas. Estas obras y autores son fundamentales y ofrecen una base sólida para la investigación avanzada:
Comentarios Críticos a la Epístola a los Colosenses:
- Dunn, James D.G., The Epistles to the Colossians and to Philemon (New International Greek Testament Commentary - NIGTC). Ofrece un análisis exegético exhaustivo, interactuando con la erudición más reciente y el contexto histórico-cultural de la carta.
- O'Brien, Peter T., Colossians, Philemon (Word Biblical Commentary - WBC). Destaca por su meticuloso trabajo con el texto griego, su profundidad teológica y su detallada argumentación exegética.
- Lightfoot, J.B., Saint Paul's Epistles to the Colossians and to Philemon. Aunque es un comentario clásico del siglo XIX, sigue siendo una obra de referencia invaluable por sus penetrantes aportes filológicos y su conocimiento de la patrística.
- Schweizer, Eduard, The Letter to the Colossians: A Commentary. Representa una perspectiva influyente de la erudición crítica alemana, con especial atención al posible trasfondo hímnico y la situación en Colosas.
- Moo, Douglas J., The Letters to the Colossians and to Philemon (Pillar New Testament Commentary - PNTC). Ofrece una sólida exégesis desde una perspectiva evangélica informada críticamente, con un excelente manejo del texto griego.
Estudios Fundamentales sobre Cristología del Nuevo Testamento y Teología Paulina:
- Hurtado, Larry W., Lord Jesus Christ: Devotion to Jesus in Earliest Christianity. Un estudio monumental que rastrea el origen y desarrollo de la veneración de Jesús como figura divina en el cristianismo más primitivo.
- Bauckham, Richard, Jesus and the God of Israel: God Crucified and Other Studies on the New Testament's Christology of Divine Identity.
Argumenta con fuerza a favor de una "cristología de identidad divina" dentro del marco del monoteísmo judío del Nuevo Testamento. - Hengel, Martin, The Son of God: The Origin of Christology and the History of Jewish-Hellenistic Religion. Un clásico de la academia alemana que explora las raíces judías y helenísticas de los títulos cristológicos.
- Brown, Raymond E., An Introduction to New Testament Christology. Ofrece una excelente y accesible visión general de los temas y debates clave por un destacado erudito católico.
- Cullmann, Oscar, The Christology of the New Testament. Otro estudio clásico fundamental que analiza los diferentes títulos cristológicos y sus funciones en el Nuevo Testamento.
Contexto Judío Helenístico (Relevante para Logos, Sabiduría, Prōtótokos):
- Obras de Filón de Alejandría (especialmente tratados como De Opificio Mundi [Sobre la Creación del Mundo], De Confusione Linguarum [Sobre la Confusión de las Lenguas]). Esenciales para comprender el concepto de Logos en el judaísmo helenístico contemporáneo al Nuevo Testamento. (Se recomienda buscar traducciones críticas al español).
- Winston, David, The Wisdom of Solomon (Anchor Bible Commentaries). Un comentario de referencia al libro de Sabiduría, crucial para el trasfondo de la teología de la Sabiduría personificada.
- Hengel, Martin, Judaism and Hellenism: Studies in Their Encounter in Palestine During the Early Hellenistic Period. Obra magna sobre la profunda interacción entre la cultura judía y la helenística en el período formativo del cristianismo.
Herramientas Lingüísticas y Gramaticales Esenciales:
- Bauer, W., Danker, F.W., Arndt, W.F., Gingrich, F.W., A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature
(BDAG). El léxico estándar de referencia para el estudio avanzado del vocabulario del griego del Nuevo Testamento. - Wallace, Daniel B., Greek Grammar Beyond the Basics: An Exegetical Syntax of the New Testament. Una gramática avanzada fundamental para entender las complejidades sintácticas del griego koiné y sus implicaciones exegéticas.
Explorar estas fuentes, y muchas otras que se derivan de ellas, le permitirá no solo profundizar en la Carta a los Colosenses, sino también apreciar la riqueza, la complejidad y el dinamismo del debate académico sobre los orígenes cristianos, la interpretación bíblica y el desarrollo de la teología.
Llegamos así al final de nuestro detallado recorrido exegético y filológico por uno de los pasajes cristológicos más sublimes y, a la vez, más intensamente debatidos de todo el Nuevo Testamento: Colosenses 1:15-20, con un enfoque particular en el significado y las implicaciones del término πρωτότοκος (prōtótokos). Hemos navegado por las complejidades del griego koiné, explorado el uso de este título en la Septuaginta (la Biblia de los autores neotestamentarios), y analizado minuciosamente el contexto inmediato del himno colosense. El resultado de esta inmersión académica, como hemos visto, es una comprensión mucho más rica y matizada: "Primogénito de toda creación" no apunta a un Cristo como el primer ser creado en una secuencia temporal, sino que proclama de manera contundente su soberanía absoluta, su preeminencia y su rango único sobre todo el cosmos, precisamente en virtud de su rol fundamental como agente, fin y sustentador de la creación misma, y como Aquel en quien reside la plenitud de la Deidad.
Este ejercicio de análisis crítico nos demuestra, una vez más, que los textos del Nuevo Testamento, lejos de ofrecer respuestas simplistas, poseen una profundidad y una densidad teológica extraordinarias que solo se desvelan a través de un estudio cuidadoso y metódico. La altísima cristología que encontramos ya en la Carta a los Colosenses, articulada con las herramientas conceptuales disponibles en el cruce del judaísmo helenístico y la fe vibrante de las primeras comunidades cristianas, es un testimonio elocuente de la profunda reflexión que la persona y obra de Jesús de Nazaret suscitaron desde los mismos orígenes del movimiento que lleva su nombre.
En 'Ciencia Bíblica', nuestro compromiso inquebrantable es precisamente ofrecerles a ustedes, nuestra apreciada comunidad, las herramientas y las perspectivas de la alta academia para que puedan acceder a estas capas más profundas de significado. Al hacerlo, buscamos fomentar una lectura de las Escrituras que sea no solo informada y crítica, sino también, por ello mismo, mucho más enriquecedora, respetuosa de la complejidad histórica y, en última instancia, más auténtica. El camino del estudio riguroso es exigente, pero sus frutos son la claridad, una comprensión más matizada y la capacidad de dialogar con los textos de una manera más profunda y significativa.
Les agradecemos sinceramente por habernos acompañado en este análisis detallado. Esperamos que haya sido no solo instructivo, sino también una invitación a continuar explorando con nosotros, y por su propia cuenta, los fascinantes misterios y las profundas verdades que el estudio académico de la Biblia, realizado con honestidad intelectual y pasión por el conocimiento, continúa desvelando. Sus preguntas, comentarios y reflexiones son siempre el motor que impulsa nuestra comunidad de aprendizaje. ¡Hasta nuestro próximo encuentro con la riqueza del texto bíblico!
Comentarios